¿Está pensando Tony Blair volver a la política británica? ¿Se prepara para relazar el centro político laborista y frenar a los conservadores “en camino hacia un ‘brexit duro’”?. El exprimer ministro no descarta su retorno en la entrevista que publica el número de noviembre de la revista 'Esquire'. "Yo no sé si hay un papel para mí", afirma para añadir:. “Hay límites para lo que quiero decir sobre mi posición en este momento. Todo lo que puedo decir es dónde se encuentra la política. ¿Me siento muy preocupado? Sí, lo estoy. ¿Estoy muy motivado? Sí. ¿Qué haré a partir de aquí? ¿Qué debo hacer exactamente? Son preguntas que quedan abiertas”.

Blair, de 63 años, ha anunciado recientemente el cierre de su criticada sociedad, Tony Blair Associates (TBA), para aconsejar a gobiernos en el mundo, algunos de ellos tiránicas dictaduras. La guerra de Irak en el 2003 y la enorme fortuna acumulada con sus negocios desde que dejó el Gobierno en el 2007, han empañado su legado y han hecho de Blair, en otro tiempo tan popular, una figura detestada y tóxica en el Reino Unido.

Los tiempos, sin embargo, están cambiando a gran velocidad en la política y la economía británicas. La incertidumbre sobre el‘brexit’ es cada vez mayor y los conservadores no tienen rivales potenciales en las urnas, con el laborismo inclinado hacia la extrema izquierda. Con ese panorama nadie puede negar al hombre que logró tres victorias consecutivas para el Partido Laborista una gran experiencia internacional, enorme capacidad de negociación, una agenda de contactos valiosa y una visión global, que ningún otro político británico actual posee.

RECUPERAR EL CENTRO

“Hay una enorme reacción contra la política que yo represento”, reconoce Blair. “Pero yo pienso que es muy pronto para decir que el centro está vencido. A fin de cuentas, creo que se impondrá de nuevo. El centro se bate en retirada. Tenemos que hacer frente a ese desafío”, añade en la entrevista. Para quien ha condenado visceralmente el giro izquierdista del laborismo que encarna Jeremy Corbyn, “la política británica vive una tragedia, si la elección es entre un Gobierno conservador en ruta hacia un ‘brexit’ duro y un laborismo de extrema izquierda que defiende un programa que nos devuelve a los años 1960”.

Preguntado si es posible tomarse seriamente a Corbyn como líder,Blair responde que el problema del laborismo va más allá. “No se trata de Jeremy Corbyn”, señala. “Se trata de dos diferentes culturas en un organismo. Una cultura, es la cultura del partido Laborista como partido de Gobierno y para eso, históricamente, es para lo que se formó: ganar representación en el parlamento, para tener influencia y ser el Gobierno del país. La otra cultura es la izquierdista, que considera la acción en la calle más importante que la acción en el Parlamento. Esa cultura ha tomado ahora el liderazgo del Partido Laborista”.

Blair es rotundo en el análisis de las fuerzas que actualmente controlan en laborismo: “Viven en un mundo muy muy alejado de la forma en que la gente piensa realmente. La razón por la que la posición de esos tipos no va a atraer al electorado no es porque estén demasiado a la izquierda, o porque tengan demasiados principios. Es porque se equivocan completamente. La razón por la que sus políticas no se deben respaldar, no es porque sean enormemente radicales, es porque no lo son. No funcionan. En realidad, son una forma de conservadurismo. Esa es la cuestión. Lo que ofrecen es una mezcla de fantasía y error”.