El Reino Unido es un país de tolerancia y los que deseen establecerse en él deben aceptar sus valores, si quieren formar parte de la sociedad. El mensaje lanzado ayer por el primer ministro británico, Tony Blair, es el más radical de los pronunciados hasta ahora por el jefe del Gobierno del Reino Unido sobre la diversidad cultural, y estaba especialmente dirigido a la comunidad islámica.

"La razón por la que tenemos este debate no es el extremismo generalizado. Se debe a una nueva y virulenta forma de ideología asociada con una minoría de nuestra comunidad musulmana", reconoció Blair.

El premier admitió que los valores del multiculturalismo sufrieron un duro golpe con los atentados suicidas que han llevado a cabo en Londres los radicales islámicos y abogó por una política de integración, que hasta ahora no formaba parte del modelo social británico.

La Asociación Británica de Musulmanes calificó las declaraciones de Blair de "alarmantes" y reclamó más recursos para los más necesitados, en lugar de invertir en la guerra de Irak o de Afganistán, que en su opinión no ayuda al multiculturalismo británico.