Dentro de un mes, el 5 de mayo, los británicos acudirán a las urnas para elegir nuevo Gobierno. El anuncio oficial de la fecha, que era desde hace meses un secreto a voces, fue hecho ayer por el primer ministro, el laborista Tony Blair, en un momento en el que los sondeos le dan un empate técnico con los conservadores.

Los líderes de los tres principales partidos, el Laborista, el Conservador y el Liberal Demócrata, no perdieron un instante para lanzarse a la que se anuncia como una campaña reñida y ajustada. En el poder desde 1997, esta tercera elección de Blair al frente de los laboristas es también su oportunidad de lograr, para él y su partido, un tercer mandato consecutivo, sin precedentes en la historia del país.

Tranquilo, pero con gesto grave, perdida definitivamente aquella permanente sonrisa de los años pre-Irak, Blair resaltó los grandes logros económicos de su Gobierno y los esfuerzos e inversiones realizados en sanidad y educación. "Mi misión es consolidar la estabilidad económica y las inversiones en los servicios públicos", señaló, recordando a los británicos que se hallan ante "una elección importante, en la que hay mucho en juego".

Porque, aunque partan como favoritos en los sondeos, el gran temor de la cúpula laborista es que sus votantes, furiosos por el comportamiento de Blair en la invasión de Irak, se queden en casa. Echando mano de todos los recursos para movilizar a los sectores tradicionales, los organizadores de la campaña han reclutado al exministro de Exteriores Robin Cook, que dimitió como líder de la Cámara de los Comunes a causa de la guerra.

El ministro de Finanzas, Gordon Brown, presunto sucesor del actual primer ministro, también participará activamente en mítines y encuentros, a pesar de que, inicialmente, sus rivales intentaron excluirlo de la campaña.

SEÑUELOS OPOSITORES Varios sondeos publicados ayer por los diarios británicos reducían la distancia de los conservadores a niveles que variaban entres los dos y los cinco puntos, e incluso uno de ellos, el divulgado por el Financial Times , daba por primera vez la victoria a los tories . Michael Howard, líder conservador, pidió a los electores que castiguen a Blair "por ocho años de promesas no cumplidas".

DIVISIONES Los señuelos de Howard para recuperar votantes serán magnificar los problemas de seguridad ciudadana y prometer reducción de impuestos. El tema de Europa, que en el pasado ha creado divisiones internas en los conservadores, no existe esta vez, ya que el partido está dominado casi exclusivamente por euroescépticos.