En plena forma tras el triunfo olímpico, Tony Blair inauguró anoche la cumbre del G-8 en Gleneagles (Escocia), convencido de poder alcanzar un compromiso en los dos asuntos clave de la agenda: la ayuda a Africa y el cambio climático. "Los dos temas están relacionados. Eso es lo que significa un crecimiento sostenible", declaró Blair. El premier dijo que había "un consenso creciente" e "internacional" en las negociaciones sobre el problema del calentamiento del planeta.

En Gleneagles, Blair intenta concluir un pacto cuyo borrador se lleva negociando desde hace días intensamente, en el que se reconozcan las pruebas científicas sobre el cambio climático y la necesidad de una acción urgente. Esos serían los mínimos que pide Francia, cuyos representantes dicen trabajar por una vez "en la misma sintonía" que los británicos, aunque quizá un pacto así sea poner el listón demasiado alto para EEUU.

La difícil misión del Reino Unido en los próximos dos días será limar diferencias ante los países de Europa, especialmente Francia y EEUU, garantizando un compromiso mínimo que evite el fracaso de la reunión.

AVANCES El presidente de EEUU, George Bush, reconoció al fin algo para otros tan obvio como que el comportamiento humano está contribuyendo al cambio climático. Sin embargo, Bush volvió a rechazar los principios del Protocolo de Kioto, de 1997, "que no han funcionado para EEUU y francamente no han funcionado para el mundo". "Yo pediría --dijo ayer en su escala en Dinamarca, camino a Escocia-- que abriéramos la era post-Kioto y que podamos trabajar juntos en compartir las tecnologías para controlar la emisión de gases lo mejor posible".

Bloqueado hasta ahora cualquier avance debido a la posición de Washington, el lenguaje del jefe de la Casa Blanca ha comenzado a evolucionar. En la última semana, Bush ha admitido por primera vez que el cambio climático es "un problema grave" y que está ligado al uso de combustibles fósiles. Objeto de las críticas de los ecologistas, EEUU encabeza a los países contaminantes y es responsable de entre el 20% y el 25% de las emisiones de dióxido de carbono que causan efecto invernadero.

GRAVAR LOS BILLETES DE AVION En el capítulo de la ayuda a Africa, el G-8 estudiará una propuesta del presidente francés, Jacques Chirac, quien desea gravar con un impuesto adicional los billetes de avión internacionales, y utilizar ese dinero como fuente de financiación destinada a proyectos para el desarrollo no estatales. Francia está pensando en una tasa de 5 euros para la clase económica y de 20 euros para los pasajes de negocios y de primera clase.

La UE ha prometido duplicar la ayuda al continente para el 2010 y los ministros de Finanzas del G-8 ya acordaron el pasado mes condonar la deuda de 18 países, casi todos africanos.

La ONG Oxfam, de ayuda internacional a la infancia, ha advertido de que "millones de personas" esperan "un acuerdo histórico" en la cumbre del G-8 en favor de Africa.

MEDIDAS DE SEGURIDAD De momento, la imagen de la reunión sigue siendo tan penosa como en otras cumbres. Asediados por los manifestantes, los políticos más poderosos del planeta se refugian en un remoto hotel de cinco estrellas, protegidos por un despliegue bélico y aislados en un perímetro de ocho kilómetros por una barrera metálica.

Pero todas esas medidas no fueron suficientes. En ese entorno superprotegido, el presidente norteamericano sufrió un accidente cuando daba un paseo en bicicleta, al colisionar con uno de los policías británicos encargados de garantizar su seguridad. Pero Bush sólo sufrió leves arañazos en las manos.