El Gobierno de Tony Blair mueve ficha. Después del histórico anuncio del IRA de la semana pasada, en el que puso fin a la lucha armada, las autoridades del Reino Unido dieron ayer a conocer un plan de desmilitarización de la zona. El Ejecutivo británico llevaba a cabo desde hace tiempo este proceso, pero ayer puso fechas oficiales.

El ministro para Irlanda del Norte, Peter Hain, anunció que en dos años se reducirá a la mitad la presencia de tropas británicas en el Ulster. Con ello, está previsto que el 1 de agosto del 2007 sólo queden en la zona 5.000 de los 10.500 soldados que hay en estos momentos. En realidad, este plan supone una actualización de lo que se ha llamado "normalización de las medidas de seguridad", uno de los puntos del Acuerdo de Viernes Santo, firmado en el año 1998.

Según explicó Hain, se trata de ir reduciendo el apoyo del Ejército británico a la policía del Ulster, lo que supondrá, además de la reducción de tropas, el cierre de varias bases militares, puestos de observación y fortificaciones. Además se contempla la revisión de la legislación antiterrorista vigente con vistas a permitir la vuelta de los paramilitares fugados de la justicia.