Tony Blair no tiene la menor intención de dejar Downing Street. El primer ministro británico ha iniciado el curso político asegurando su liderazgo con una turbulenta jugada destinada a neutralizar a su máximo rival dentro del laborismo, el titular de Finanzas, Gordon Brown. Tras varios días de tenaz disputa, Blair ha impuesto a uno de sus aliados más afines, el exministro de Sanidad Alan Milburn, de 46 años, como director de la próxima campaña electoral.

Desde 1997, año en que los laboristas llegaron al poder, la coordinación de la estrategia electoral había recaído en el equipo de Brown. Milburn, cuya designación, tras varios días de disputas, fue finalmente confirmada la noche del miércoles, es un adversario bien conocido del titular de Finanzas y su más serio competidor para suceder al primer ministro, cuando finalmente a éste le llegue la hora de marcharse.

Ambos se enfrentaron en el pasado por la reforma de la Sanidad pública y hace 14 meses, Milburn terminó marchándose del Gobierno. Su retorno ha creado fuertes tensiones.