Las cabezas de varios ilustres ministros del Gobierno de Tony Blair rodaron ayer, tras la contundente derrota sufrida por los laboristas en las elecciones locales de Inglaterra. Después de perder 319 concejales y el control de 18 ayuntamientos, Blair hizo limpieza con el reajuste gubernamental más radical de los nueve años que lleva al frente del Ejecutivo: cambió dos terceras partes del Gabinete. Entre los que perdieron el cargo está el ministro de Exteriores, Jack Straw, que fue sustituido por la veterana Margaret Beckett, la primera mujer que ocupa el puesto de titular de la diplomacia en el Reino Unido.

La destitución de Straw pilló a todos por sorpresa, incluido, presumiblemente, al propio interesado, que baja de escalafón y se convierte en el líder de la Cámara de los Comunes. Otro de los cesados, el titular de Interior, Charles Clarke, era una baja cantada después de la grave negligencia cometida por su departamento al dejar en libertad a un millar de delincuentes extranjeros, que, tras cumplir condena, podían haber sido extraditados.

NOVEDAD EN INTERIOR John Reid, el hombre para todo de Blair, se encargará a partir de ahora de Interior, dejando su puesto en Defensa a Des Browne. Educación, Transportes, Comercio y Medio Ambiente también cambiaron de manos. El viceprimer ministro, John Prescott, con mucho tirón entre los laboristas tradicionales, conserva el cargo nominalmente, pero no las funciones de su departamento.

"No creo que este reajuste sea suficiente. Lo que este país necesita no es un reajuste del Gobierno. Lo que necesita es un cambio de Gobierno", declaró exultante el líder de los tories , David Cameron, tras una victoria que le afianza al mando conservador.

Algunos aliados del ministro de Finanzas, Gordon Brown, culparon a Blair de la derrota y pidieron su renuncia.

Blair sabía que los electores castigarían a los laboristas y había preparado, como respuesta, una criba que resultó ser mucho más drástica de lo que se auguraba. Nombramientos y ceses desviaron hábilmente la atención de los peores resultados electorales para los laboristas en sus nueve años de mandato. David Cameron consiguió para los tories el mejor resultado en las urnas desde 1992.

VICTORIA EN LONDRES Los conservadores controlan ahora 68 de los 176 ayuntamientos en juego, habiendo ganado 11 consistorios. La victoria más significativa fue la de Londres, donde los tories tomaron las riendas de 14 de los 32 consejos municipales. Los laboristas retenían 29, después de haber perdido 18. Los liberales controlaban 13 ayuntamientos, tras ganar 2.

Si los resultados de las municipales se extrapolaran a unas generales, los conservadores tendrían un 40% de votos, seguidos por los liberales, con el 27%, y en tercera posición, los laboristas, con el 26% de sufragios.