Las palabras no son suficientes cuando pueden desencadenar una guerra, y Estados Unidos va a tener que hacer algo más que declarar que Irak ha cometido una "violación sustancial" de la resolución sobre su desarme para conseguir el apoyo de Naciones Unidas a su ofensiva militar. Lo dejó claro ayer Hans Blix, el inspector jefe del organismo internacional, que pidió a Washington y Londres que compartan sus supuestas pruebas y faciliten la información reservada. "Recibimos mucha información de lo que (EEUU y el Reino Unido) creen que tienen los iraquís, pero lo que realmente necesitamos es una indicación de los lugares dónde se almacenan (las supuestas armas), si es que lo saben", declaró a la BBC.

El secretario de Estado de EEUU, Colin Powell, ha asegurado que su país facilitará a los inspectores "toda la (asistencia) posible". Pero el diplomático sueco --que luego repitió sus reclamaciones de colaboración y pruebas en la CNN-- replicó que aún no ha recibido esa oferta.

INFORMACION DESEABLE

"Ellos tienen métodos para buscar, para grabar conversaciones telefónicas: tienen espías, satélites, etc, así que cuentan con muchas fuentes que nosotros no tenemos", dijo Blix, que aseguró que la "altamente deseable" información de carácter confidencial es "lo más importante que podrían ofrecer los gobiernos occidentales" a la ONU, cuyo "punto fuerte son las inspecciones".

Las palabras de Blix llegaron un día después de que Washington acusara a Irak, sin aportar pruebas. Y la mayoría de los representantes en el Consejo de Seguridad --donde se comparte la idea de que el informe sobre desarme enviado por Irak a la ONU tiene "omisiones significativas", "problemas" y "carencias"-- reclamaron también a EEUU que presente pruebas contundentes.

Hubo tono de denuncia ante la actitud de Washington en las palabras del ministro ruso de Exteriores, Igor Ivanov, quien consideró que Irak no había cometido una violación sustancial de sus compromisos de desarme. "No hay nada en la declaración iraquí que pueda ser calificado de violación de la resolución del Consejo de Seguridad de la ONU", en una primera reacción a las acusaciones estadounidenses.

Mark Gwozdeckym, portavoz de la Agencia Internacional de Energía Atómica, aseguró a la agencia Reuters que se ha recibido poca ayuda "pese a haber sido llevados a pensar que se recibiría esa información".

Blix no quiso dar el calendario para los siguientes pasos que tomará la ONU, pero ya ha anunciado que celebrará dos reuniones sobre el informe iraquí en enero. Insistió en que es el organismo internacional el que marcará su ritmo de trabajo, que EEUU --con el despliegue militar ya organizado-- ha pedido que se acelere. "Estamos trabajando más rápido que en otras ocasiones --declaró Blix--. Pero no podemos ir más rápido de lo que vamos".