El jefe de los inspectores de la ONU en Irak, Hans Blix, ha advertido de que las presunciones sobre si Irak tiene o no armas de destrucción masiva no son suficientes y que se necesitan pruebas y transparencia.Blix ha llamado así la atención tanto a Irak, que afirma que no posee este tipo de armamento sin ofrecer pruebas suficientes de que no dispone de ellas, como a aquellos países que le acusan de tenerlas, pero que no aportan pruebas.El responsable del programa de desarme de la ONU ha hecho estas declaraciones en la presentación del informe sobre las investigaciones llevadas a cabo por los inspectores de Naciones Unidas en Irak. Proseguir las inspeccionesBlix ha reconocido que no existen pruebas de que Irak haya retomado su programa de armamento, pero considera que se debe proseguir con la verificación, porque en cuestión de pocos meses podríamos se pueden dar garantías de que Bagdad ha acatado la prohibición internacional. Horas antes, los ministros europeos de Asuntos Exteriores han aprobado el acuerdo de prolongar la estancia de los inspectores de la ONU en Irak, aunque no se han manifestado sobre la duración de esta ampliación que deberá acordarse con el régimen de Bagdad.Los cuatro países de la Unión Europea presentes en el Consejo de Seguridad de la ONU --Francia y Reino Unido como miembros permanentes, España y Alemania como temporales-- han acordado esta mañana que era necesario otorgar más tiempo a los inspectores.Irak urge a que presenten un "informe justo"El ministro de Asuntos Exteriores de Irak, Naji Sabri, ha urgido a los jefes de los inspectores de armas de la ONU, Hans Blix y Mohamed El Baradei, a que presenten hoy "un informe justo" sobre su misión en el Consejo de Seguridad de la ONU."Esperamos que Blix y El Baraedi presenten las cosas tal como son, es decir que en Irak no hay armas prohibidas y que las autoridades de Bagdad cooperan al máximo con los inspectores", ha dicho. En rueda de prensa convocada en esta capital, Sabri también ha reiterado que el principal objetivo de un ataque militar contra Irak sería "ocupar" su país y "controlar su riqueza petrolera", así como "todo el petróleo del golfo Persico", además de "garantizar la seguridad del Estado judío".