Ucrania, cada vez más dividida entre partidarios del poder y de la oposición, estaba ayer al borde de la escisión a la espera de la transcendental reunión, hoy, del Tribunal Supremo en la que se pronunciará sobre la validez de las recientes elecciones presidenciales. Mientras las regiones rusófonas amenazaban con convocar un referendo para exigir mayor autonomía, la oposición nacionalista pidió la intervención del Ejército y dio al presidente Leonid Kuchma un ultimátum de 24 horas para destituir al primer ministro y candidato oficialista, Viktor Yanukovich, y a los gobernadores de las regiones rusófonas que han planteado la secesión.

"Planteamos un ultimátum a Kuchma; debe destituir a Yanukovich y a los gobernadores de las regiones separatistas; le damos 24 horas, y si no lo hace, le consideraremos como un criminal", dijo la número dos de la oposición, la diputada radical Yulia Timoshenko, ante más de 100.000 partidarios. Los nacionalistas respondían así a la convocatoria, para el 5 de diciembre, de un referendo en la región de Donetsk para reclamar que se eleve su estatus al rango de república autónoma, y a la cumbre de dirigentes de las regiones rusófonas celebrada ayer en Severodonetsk, que exigió federalizar el Estado ucraniano.

PUNTO MUERTO Las conversaciones entre ambos bandos estaban ayer en punto muerto, e incluso lanzaron una amenaza. "Si hoy no obtenemos respuesta a nuestras reivindicaciones anunciaremos la ruptura de las negociaciones y pediremos a los mediadores que intervengan", dijo el diputado Roman Zvaritch.

La oposición exige una nueva segunda vuelta del escrutinio en dos o tres semanas a condición de que el régimen ya no pueda utilizar los resortes del poder para falsificar una vez más los resultados de las presidenciales.

En un panorama cada vez más revuelto, el Consejo de Seguridad de Ucrania celebró una reunión para estudiar la crisis, a la que asistieron el actual presidente, Leonid Kuchma, y miembros del Gobierno en ausencia de Yanukovich, cuya victoria en las elecciones rechazan Occidente y la oposición. Kuchma exigió a las fuerzas políticas y órganos de poder un compromiso político para evitar un conflicto civil a gran escala en el país: "Ucrania necesita un compromiso: es la única posibilidad de evitar consecuencias impredecibles".

Tras finalizar la reunión, el viceprimer ministro Mykola Azarov advirtió de que el Estado puede tener que declarar suspensión de pagos ante la imposibilidad de cumplir con sus obligaciones presupuestarias. Azarov calculó en 112 millones de dólares las pérdidas acumuladas desde el inicio de la crisis. Kuchma advirtió de que las negociaciones entre la oposición y el poder "son muy difíciles y nadie puede decir si se llegará a encontrar" un compromiso.

BUSCAR LA BALCANIZACION El candidato oficialista Yanunkovich no asistió a la reunión del Consejo, sino que viajó a la ciudad de Severodonetsk para participar en el congreso de las regiones orientales de Ucrania, donde se concentran sus apoyos. Ante sus partidarios, Yanukovich acusó a la oposición de buscar una desintegración como sucedió en los Balcanes.

También rechazó la decisión de la Rada de anular los resultados de las elecciones por presunto fraude. "Si el presidente y el Consejo no logran desbloquear los órganos estatales, y la Rada no deja de burlarse de la Constitución, deberemos levantarnos todos para declarar con firmeza nuestra respuesta: no ", dijo.