Su frontera este, que limita con Irán, ya está cerrada. La sur, con Irak, está pendiente de ser invadida. La norte, donde está Turquía, sigue activa, pero parece que por poco tiempo. Su espacio aéreo, desde hoy, está bloqueado. Sus pozos petrolíferos, la fuente de dinero del Kurdistán iraquí, siguen activos, pero lo dejarán de estar dentro de poco si el Gobierno turco cumple con sus amenazas.

El Kurdistán iraquí, que celebró un referéndum de independencia el pasado lunes —y en el que el sí ganó por goleada—, se está quedando solo, bloqueado por unos vecinos que ven con muy malos ojos la existencia de un Kurdistán independiente; y que actúan a toda prisa para evitarlo.

CERRAR LOS AEROPUERTOS / Irak cerrará durante la jornada de hoy los aeropuertos de Erbil y Suleymaniyah, las dos principales ciudades de la región autónoma del Kurdistán iraquí (KRG), y amenaza con invadir militarmente los pozos petrolíferos kurdos y los de Kirkuk, ciudad que tanto kurdos como el Gobierno central de Bagdad se disputan. Turquía, hasta ahora aliada de Erbil, les ha girado la espalda a sus exsocios kurdos, y asegura estar únicamente dispuesta a negociar con el Gobierno de Bagdad las importaciones de crudo.

«El primer ministro turco nos ha confirmado que Turquía nos apoyará en todas las decisiones que tomemos», comunicó ayer la oficina del primer ministro iraquí, Haider al-Abadi. Ankara, además, dice estar dispuesta a cerrar su frontera con el Kurdistán iraquí, algo que, en palabras del presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, haría que «los kurdos se queden sin nada que comer». «Pero no queremos hacerlo, no es nuestra primera opción, siempre que el Gobierno regional del Kurdistán iraquí haga marcha atrás», dijo Erdogan.

Pero para los kurdos de Irak, la marcha atrás ya es imposible. O eso, como mínimo, es lo que afirman sin dobleces sus dirigentes. «No es algo que podamos hacer. La gente votó, y votó a favor de la independencia. Esperamos que Turquía no cierre la frontera, porque no sería justo con la gente del Kurdistán», afirma a este diario Hoshyar Siwaily, director del departamento de Relaciones Internacionales del Partido Democrático del Kurdistán, formación que gobierna en la región y que está liderada por el presidente del Kurdistán iraquí, Masoud Barzaní. Silawaily dice estar listo para lo que sea.

CUESTE LO QUE CUESTE / «Estamos preparados, y haremos frente a absolutamente todo. Si llegan sanciones económicas o Irak intenta cualquier cosa, que lo hagan. Nunca cambiaremos nuestra posición. El Kurdistán votó ser independiente y lo será. Cueste lo que cueste», asegura Silawaily, que, incluso así, afirma querer sentarse a la mesa de negociaciones con Bagdad y con los demás vecinos: «Queremos explicarles nuestra posición y por qué, después de tantos años, nuestra independencia está justificada. Pero ellos se niegan a hablar con nosotros».

Mientras tanto, el presidente Erdogan ha denegado la vuelta a Turquía al representante de la KRG en Ankara, y ha intensificado las maniobras militares en su frontera sur, que da tanto a Irak como a Siria. «Los kurdos de Irak sirven a los intereses de otros actores de la región, y, por lo tanto, ya no podrán pedir más ayuda de Turquía», dijo Erdogan ayer. El único país del mundo que se ha mostrado abiertamente favorable a la independencia del Kurdistán iraquí es Israel, para ir, sobre todo, en contra de los intereses turcos, iranís, iraquís y sirios, sus mayores enemigos en la región.

Y, unidos por una misma causa, Turquía, Irak e Irán anunciaron ayer que se coordinarán para dar una respuesta conjunta a los kurdos iraquís, que podría pasar por una invasión militar de la ciudad de Kirkuk. Esta ciudad —poblada por kurdos, árabes y turkmenos, a los que Erdogan dice estar dispuesto a defender si corren peligro— está asentada sobre una de las bolsas de petróleo más grandes de Irak.

La ciudad donde se votó en el referéndum del pasado lunes está controlada por los peshmerga, las tropas kurdas, pero está fuera de la región autónoma kurda. Tanto Bagdad como Erbil se la disputan: el Parlamento iraquí pidió al Gobierno invadirla, y el presidente kurdo, Masoud Barzaní, asegura estar dispuesto a defenderla con las armas si es necesario.