A pesar de la continua inyección de capital del Banco de Japón para dar tranquilidad a los mercados financieros, el índice Nikkei de la Bolsa de Tokio ha cerrado este jueves con una bajada moderada de 131,05 puntos, el 1,44%, hasta situarse en 8.962,67 enteros. El índice Topix, que agrupa a todos los valores de la primera sección, ha bajado 6,83 puntos, el 0,83%o, hasta los 810,80 enteros. La caída del Nikkei ha sido moderada teniendo en cuenta que la bolsa ha empezado la sesión con un descenso de más del 3,5%, hecho que ha motivado que el Banco de Japón inyectara otros 44.892 millones de euros al mercado para evitar problemas financieros. Es el cuarto día consecutivo que la entidad inyecta liquidez para evitar una caída abrupta de los mercados, que han perdido ya los 9.000 puntos ante el temor por la crisis en la central nuclear de Fukushima. En total, el banco ha puesto ya en circualción desde el lunes 303.191 millones de euros. Atentos al yen El Gobierno japonés está especialmente atento a la evolución del yen. El tipo de cambio del dólar frente al yen se situó, el miércoles en Wall Street, en la banda de los 76 yenes, el nivel más bajo desde el fin de la segunda guerra mundial e inferior al récord de 79,75 unidades registrado en abril de 1995. Este jueves, en la apertura de la Bolsa de Tokio el dólar se cambiaba a 79,15 yenes. La semana pasada, el dólar se cambiaba por 81 yenes. El ministro japonés de Finanzas, Yoshihiko Noda, ha señalado que el Ejecutivo observa con detenimiento los mercados de divisas y ha achacado a "movimientos nerviosos" y a "especulaciones" las variaciones en las cotizaciones del yen. Inquietud empresarial Los principales exportadores del país, los sectores electrónico y del automóvil han manifestado su inquietud por el efecto de la apreciación del yen, que lastrará sus ventas al extranjero. El problema que para las firmas japonesas supone el repunte de su moneda se suma además a la suspensión de la producción en algunas fábricas y a los cortes intermitentes de luz que también paralizan sus operaciones. Los analistas consideran que los inversores apuestan por el yen ya que las empresas japonesas van a tener que vender sus activos en dólares para hacer frente a los daños y pérdidas derivadas del terremoto del viernes.