El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, dio un pequeño paso atrás y excluyó los fusiles de la lista de armas que muchos ciudadanos podrán portar en las calles, aunque mantuvo la autorización para portar pistolas y revólveres.

La exclusión de los fusiles, carabinas y escopetas del armamento que podrá ser portado por muchos brasileños, alteró ligeramente un decreto del pasado 8 de mayo, que ha sido contestado en la Justicia por organismos de la sociedad civil, alarmados frente al declarado carácter "armamentista" del líder de la ultraderecha.

El decreto original permaneció casi intacto y establece que el porte de armas será permitido a políticos que ejerzan un cargo electivo, camioneros, periodistas volcados a la crónica policial, abogados y empleados de empresas de transporte de valores, entre muchos otros, que incluyen a cazadores y socios de clubes de tiro.

Altos índices de violencia

En todos los casos, los interesados deberán tener al menos 25 años de edad, carecer de antecedentes penales y comprobar "idoneidad moral", "sicológica" y "capacidad técnica" para el uso de armas. Según diversos informes oficiales y privados, Brasil ya es uno de los países con más armamento en manos de civiles en el mundo.

En ese marco, la directora de Amnistía Internacional (AI) para América, Érika Guevara Rosas, dijo a Efe que facilitar la posesión de armas en un país con altos índices de violencia es "una grave violación de los derechos humanos". Asimismo, sostuvo que la retórica discriminatoria empleada por el presidente Bolsonaro fomenta "crímenes de odio" y "da una orden de ataque", que se ve reforzada con la flexibilización de las armas, que abundan entre los brasileños desde hace años.

Las armas en Brasil

A fines de 2017, la organización no gubernamental Small Arms Survey, con sede en Ginebra, calculó que en el Brasil de entonces estaban en circulación cerca de 15 millones de armas, lo que situaba a la sociedad brasileña entre las diez más armadas del mundo.

De acuerdo con otro informe, publicado el año pasado por la revista JAMA, editada por la Asociación Médica Estadounidense, Brasil fue en 2016 el país con más muertes causadas por armas de fuego en el mundo (43,000), seguido de Estados Unidos (37,200), India (26,500), México (15,400), Colombia (13,300), Venezuela (12,800) y Filipinas (8,020).

Según el Foro Nacional de Seguridad Pública, otra organización de la sociedad civil que estudia el creciente fenómeno de la violencia en el país, que causa anualmente unas 60 mil muertes, cada año las autoridades se incautan de unas 120.000 armas.

Las armas como autodefensa

Bolsonaro, capitán de la reserva del Ejército, enarboló el año pasado las banderas de la "autodefensa" y de la liberación del porte de armas durante la campaña que le llevó al poder e hizo un símbolo de sus manos, con los dedos pulgar e índice imitando una pistola.

Entre otras cosas, justificó esa propuesta en un referendo que se realizó en el país en 2005, en el que el 65 % de la población pidió liberar la venta de armas, lo que fue ignorado por el Gobierno que entonces presidía Luiz Inácio Lula da Silva. Sin embargo, el panorama parece ser otro catorce años después, al menos según una encuesta publicada por el Instituto Paraná, la cual dice que el 60 % de los brasileños no desea tener una arma en su casa.

Mercadotecnia armamentista

Cuando fue dictado el primer decreto sobre armamentos, la empresa Taurus, la mayor fabricante de armas del país, lanzó una campaña de ventas que incluía sus fusiles T4, un arma semiautomática calibre 5.56, que cuesta en el país 8 mil reales (unos 2,000 dólares).

Bolsonaro había posado junto a ese fusil a fines de 2017, cuando visitó una feria de armamento y en el puesto de Taurus reiteró que, si ganara las elecciones de 2019, liberaría las armas. "Más importante que la vida, es la libertad. Y un pueblo armado, jamás será esclavizado", dijo en esa ocasión.

Tras la modificación de las normas de porte, Taurus reiteró que posee "un portafolio de productos completo, incluidos pistolas, armas tácticas y armas largas deportivas", y que las puede ofrecer en "doce calibres diferentes", todo dentro de lo establecido en el nuevo decreto.