La barrera defensiva que los republicanos han levantado en el Senado de EEUU para defender al presidente Donald Trump en el impeachment cerrando la puerta a que haya nuevos testigos o pruebas documentales no ha caído pero cuando menos ha recibido un duro golpe .

El que fuera asesor de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, John Bolton, ha escrito en un libro de próxima publicación, parte de cuyo contenido The New York Times filtró el domingo, que el presidente vinculó directamente en agosto la retención de 391 millones de dólares de ayuda a Ucrania a que Kiev abriera investigaciones sobre Joe Biden y su hijo Hunter. La revelación, que contradice la versión que ha sostenido Trump y debilita las críticas republicanas a los demócratas de construir el caso «de oídas», ha impactado en el proceso como una bola de demolición, abriendo la esperanza de que Bolton sea llamado a testificar.

Hasta ahora esa esperanza, muy débil, estaba depositada en que cuatro senadores republicano moderados se sumaran a los demócratas para pedir testigos y documentos. Uno de ellos, Mitt Romney, ayer opinó que «es importante oír a Bolton para que podamos hacer un juicio imparcial» y también dijo que «cada vez es más probable que se unan otros republicanos» al voto a favor de esa convocatoria. Susan Collins, otra de las moderadas, insistió en que esperaría a que la defensa de Trump completara su caso entre ayer y hoy, pero también aseguró que las informaciones sobre el libro «refuerzan el caso para llamar testigos».

Pase lo que pase las revelaciones de Bolton ya han sacudido el impeachment y alterado a los senadores republicanos. Se ha extendido el malestar porque la Casa Blanca no les hubiera informado del contenido del libro, especialmente al saberse que el Consejo de Seguridad Nacional recibió el manuscrito el 30 de diciembre para revisarlo. Sin embargo, el propio Trump sigue cuestionando a Bolton y su versión.