Las exrepúblicas yugoslavas, que en los años 90 pagaron con un alto precio en vidas humanas su secesión de Belgrado, lamentaron que la muerte sobreviniera al exhombre fuerte de Yugoslavia antes de que fuera dictada sentencia en el juicio que se seguía contra él en La Haya. En similares términos se expresó la fiscal del Tribunal Penal Internacional para la antigua Yugoslavia (TPIY), Carla del Ponte, que recordó que el proceso estaba "próximo a su fin". La UE deseó que el fallecimiento ayude a Serbia a asumir su pasado, mientras que Rusia, aliada de Belgrado, criticó al TPIY por no autorizar el viaje de Milosevic a Moscú para ser tratado de su dolencia.

"Es una pena que Milosevic no viviera lo suficiente para ver finalizado su juicio y su merecida sentencia", declaró la oficina del presidente croata, Stjepan Mesic. Su muerte marca "un fin definitivo al más dramático y desastroso periodo en los últimos 50 años para los países y las gentes de esta parte de Europa", resumió.

Sulejman Tihic, dirigente musulmán en la presidencia tripartita de Bosnia, expresó su deseo de que el primer juicio por genocidio en el Tribunal Internacional de Justicia --entidad diferente al TPIY, que juzga disputas entre estados-- ayudará a determinar cuál fue el papel que Milosevic jugó en la guerra de Bosnia.