La compañía petrolera BP inició hoy las pruebas previas al sellado definitivo de su pozo averiado en el Golfo de México, y espera dar luz verde en las próximas horas a su operación más ambiciosa para frenar una fuga que ha vertido ya 4,9 millones de barriles de petróleo al océano. La petrolera prevé comenzar hoy la operación denominada "static kill" (eliminación estática), consistente en empujar el petróleo que mana del pozo hasta su lugar original mediante la inyección de cemento y lodo pesado, y que, si no se producen contratiempos, puede dar por finalizado el sellado del pozo esta semana.

La multinacional aplazó el lunes las pruebas previas a la operación, que se llevarán a cabo con un líquido de consistencia similar al petróleo, tras descubrir una pequeña fuga hidráulica en uno de los sistemas de control. Sin embargo, el coordinador federal de la lucha contra el derrame, el almirante retirado Thad Allen, dijo hoy en una conferencia de prensa en Houston que los equipos habían logrado frenar la fuga y estaban dispuestos a iniciar las pruebas, que comenzaron poco después del mediodía de hoy (18:00 GMT).

Según Allen, una vez que concluyan las pruebas, que podrían llevar de 2 a 4 horas, los equipos analizarán los resultados durante unas horas antes de lanzar la operación de sellado, que se prolongará entre 33 y 61 horas, según sus cálculos. "Aún no sabemos cuánto lodo será necesario inyectar", reconoció hoy Allen, que explicó que dependerá de las "condiciones del pozo", cuya resistencia más allá del fondo marino es difícil de prever. Al principio de la operación, los ingenieros inyectarán a través de la cabeza del manantial sólo un barril de lodo por minuto y, en función de la respuesta en el pozo, aumentarán la cantidad hasta dos y tres barriles por minuto, explicó Allen.

Allen precisó que, a partir de los 300 barriles inyectados, ya podrá evaluarse el éxito o fracaso de la operación, y que las tareas se interrumpirán en caso de que la presión en el pozo se dispare demasiado. La pregunta de si esta operación bastará por sí misma para sellar definitivamente el pozo está en el aire desde el lunes, cuando el vicepresidente ejecutivo de BP, Kent Wells, afirmó que los dos pozos auxiliares que la compañía está construyendo podrían no ser necesarios si la inyección de lodo tiene éxito.

No obstante, las autoridades federales han advertido que los pozos auxiliares pueden ser la única forma de asegurarse de que el petróleo se queda en su depósito original, situado a 4.000 metros bajo la superficie marina. De momento, BP se ha comprometido a terminar la construcción de al menos uno de los pozos auxiliares, el que permitirá clausurar la parte inferior del mismo mediante un procedimiento bautizado como "bottom kill" (eliminación desde el fondo). En mayo, BP ya probó, sin éxito, inyectar una mezcla de cemento y lodo pesado para sellar el pozo averiado.

La diferencia con el intento actual es que ahora BP cuenta con una campana de contención sobre el pozo, que lo mantiene cerrado desde hace dos semanas y que permitiría a los equipos inyectar la mezcla a baja presión y a baja velocidad con mayores probabilidades de éxito desde la superficie. Las últimas estimaciones oficiales del volumen total de petróleo vertido al Golfo de México apuntan a que la fuga es la peor catástrofe medioambiental de la historia en todo el mundo, y no sólo en Estados Unidos, como se afirmaba hasta ahora.

Según informó hoy Allen, el equipo de científicos que trabaja para el Gobierno calcula que la brecha del pozo ha liberado unos 62.000 barriles de petróleo al día desde que explotó y se hundió la plataforma de BP a finales de abril, lo que supone 4,9 millones de barriles de crudo vertidos al Golfo. Esa cifra supera los 3,3 millones de barriles que se derramaron en la Bahía de Campeche por la petrolera mexicana Ixtoc I en 1979, considerado hasta ahora el mayor desastre ecológico de la historia. De los 4,9 millones de barriles vertidos por el pozo de BP, alrededor de 800.000 han logrado capturarse en los intentos de limpieza y contención de la fuga.