Brasil se ha convertido en uno de los cuatro países más violentos del mundo y para afrontar el problema, sus principales ciudades, Sao Paulo, Río de Janeiro y Minas Gerais, gastan el 5% del producto interior bruto (PIB), unos 23.000 millones de euros (3,8 billones de pesetas) anuales. El ministro de Justicia, Marcio Thomaz Bastos, hizo un dramático llamamiento al Parlamento, durante un seminario sobre Seguridad Pública que finalizó el martes y en el que alertó: "La sensación de inseguridad está expandida por toda la sociedad y las personas tienen miedo de salir de casa y recelo a quedarse en ellas".

Brasil es sólo superado por Colombia, Suráfrica y Jamaica en el número de muertes y robos armados. De cada 100.000 habitantes, 23 mueren asesinados, el doble que en 1980. También se ha doblado el narcotráfico. La mayoría de víctimas tienen entre 17 y 23 años.