Brasil ha rebasado la barrera de los 50.000 muertos por coronavirus a poco más de tres meses de la confirmación de la primera muerte en el país, según datos oficiales de las Secretarías regionales de Salud.

De acuerdo con los datos recopilados por el Consejo Nacional de las Secretarías de Salud, el país informó además de 17.304 nuevos contagios por covid-19 en las últimas 24 horas, con lo que el total de infectados supera el millón.

La semana pasada, Brasil registró cinco jornadas consecutivas de más de 1.000 muertos diarios, lo que confirma al país como el segundo del mundo tanto en número de víctimas como de contagios, solo detrás de Estados Unidos.

Las cifras apuntan que el virus sigue avanzando aceleradamente en Brasil pese a que los especialistas alertan de que la pandemia todavía no alcanzó su pico en ese país de dimensiones continentales y unos 210 millones de habitantes.

De acuerdo con los datos de las 27 Secretarías regionales de Salud del país, Sao Paulo, el estado más poblado de Brasil y donde viven cerca de 46 millones de personas, sigue como epicentro de la enfermedad, con 12.588 muertos y casi 220.000 casos confirmados de covid-19.

El segundo estado más azotado por la emergencia sanitaria es Río de Janeiro, que ya contabiliza 8.875 fallecidos y se acerca a los 100.000 infectados.

Aluvión de gente en las playas

Pese al creciente número de contagios, centenares de personas volvieron a ignorar las prohibiciones impuestas por las autoridades sanitarias y llenaron las playas de la "ciudad maravillosa" este domingo.

En el empobrecido nordeste brasileño, la situación más delicada se encuentra en el estado de Ceará, que alcanzó los 5.523 fallecimientos y podría sobrepasar a Río de Janeiro en número de contagiados los próximos días.

Diversos estados y ciudades brasileñas empezaron a inicios de junio su proceso de reapertura gradual de la economía, pero muchos municipios han dado marcha atrás esta semana debido al acelerado ritmo de expansión del patógeno.

Bolsonaro calla

Diversos políticos, personalidades y movimientos de la sociedad civil lamentaron las más de 50.000 muertes alcanzadas tras cuatro meses del inicio de la pandemia y poco más de tres desde el registro de la primera muerte.

El exministro de Salud Luiz Henrique Mandetta, destituido por el presidente brasileño, Jair Bolsonaro, debido a las divergencias entre ambos sobre el combate de la pandemia, expresó su respeto a las víctimas y dijo que "reza" por el país. Bolsonaro, mientras tanto, calla.