El Reino Unido supo ayer de Lydia Playfoot y su promesa de llegar virgen al matrimonio. La adolescente británica, de 16 años, ha denunciado a su escuela ante el Alto Tribunal de Londres por discriminación contra los cristianos. La dirección del Millais School, en la localidad inglesa de Horsham, le ha prohibido llevar en clase el llamado anillo de la pureza.

Lydia asegura que el aro de plata, con unas palabras grabadas de la Biblia, es el signo de su abstención sexual y parte vital de su fe cristiana. Con ese argumento acusa al colegio de vulnerar el artículo 8 de la ley de derechos humanos, que garantiza libertad de expresión religiosa.

La dirección del centro rechaza la alegación, indicando que el anillo no forma parte esencial de las creencias cristianas. Las normas de la escuela prohíben todas las joyas, excepto unos pequeños pendientes.

Hija de un predicador, la joven sostiene que otros estudiantes, musulmanes o sijs pueden ir a clase con velos y otros símbolos sin problemas. Los abogados que actúan en nombre de la escuela niegan la discriminación y recuerdan que los alumnos cristianos pueden llevar a clase un crucifijo colgado al cuello.