El primer ministro británico, Gordon Brown, condenó ayer las protestas que desde hace días se extienden por el Reino Unido contra la contratación de trabajadores extranjeros. "No es lo que se debe hacer. Es algo indefendible", dijo en la BBC, ante lo que empieza a ser un enfrentamiento abierto entre el Gobierno laborista y los sindicatos. "Indefendible o no, mucha gente lo entiende en las circunstancias actuales", le respondió Derek Simpson, del sindicato Unite.

Desde la pasada semana cientos de trabajadores del sector de la energía protagonizan un paro ilegal, exigiendo medidas proteccionistas y Empleos británicos para los trabajadores británicos , como reza el eslogan de la protesta.

El pasado año Brown cometió la torpeza de comprometerse a salvaguardar "los trabajos británicos para los trabajadores británicos".