La ampliación de la UE hacia los Balcanes occidentales es una «prioridad absoluta» para la Comisión Europea aunque el proceso quedó paralizado en otoño cuando Francia, Holanda y Dinamarca rechazaron el inicio de conversaciones con dos de los candidatos: Macedonia del Norte y Albania. Para superar el impasse y desbloquear la situación, Bruselas propuso ayer una metodología que busca dar un peso más relevante a los gobiernos y facilitar la suspensión de fondos preadhesión o suspender el proceso si los candidatos paralizan o revierten las reformas comprometidas.

«Hemos revisado los debates de octubre, que lamentablemente no dieron lugar a la apertura de negociaciones de adhesión para ambos países y hemos intentado tratar las raíces de este fracaso sin cuestionar los principios que subrayan el proceso de adhesión», explicó el comisario de ampliación, Olivér Varhelyi. La metodología se basa en cuatro pilares: lograr un proceso más creíble, más dinámico, más predecible y más político. Para ello Bruselas propone implicar a los estados miembro desde el comienzo, en la etapa de evaluación y revisión del proceso, y evitar así sorpresas como la de octubre, cuando el presidente francés, Emmanuel Macron, bloqueó el proceso.

El plan también incluye la posibilidad de que la UE reduzca el nivel de la financiación europea y congele o retire los beneficios de acceder a programas europeos o al mercado de la UE. «Interrumpir los fondos es una de las palancas que tenemos. Es algo que ya tenemos y que seguiremos dispuestos a utilizar si es necesario. Pero el uso de estas herramientas negativas debe ser proporcional al retraso o incumplimiento», insistió Varhelyi.