La Comisión Europea recomendará a los ministros de Exteriores de la UE que suspendan parcialmente las negociaciones de adhesión con Turquía tras el reiterado rechazo del Gobierno de Ankara a abrir sus puertos y aeropuertos a los barcos y aviones chipriotas, tal y como obliga el protocolo aduanero firmado el año pasado. La decisión, según el comisario de Ampliación, Olli Rehn, fue adoptada por "consenso" tras un debate "franco" y "serio". Para el primer ministro turco, Tayyip Erdogan, la decisión es "inaceptable y no ayudará al desarrollo de las relaciones". En la práctica, la suspensión de negociaciones propuesta por Bruselas afectará a ocho de los 35 capítulos en los que se divide el proceso de negociaciones de adhesión: libre circulación de bienes, derecho de establecimiento y libertad de proveer servicios, agricultura y desarrollo rural, pesca, servicios financieros, transporte, unión aduanera y relaciones exteriores. Todo los capítulos fueron escogidos, según Rehn, "tras un análisis técnico y jurídico cuidadoso".

Además, Bruselas recomienda no cerrar definitivamente ninguno de los capítulos restantes hasta confirmar que Turquía cumple con sus compromisos, aunque no pondrá ninguna pega a la apertura de conversaciones sobre otros capítulos que no tienen relación directa con el acuerdo aduanero, como son el de política monetaria y económica, industrial y empresarial, control financiero y educación y cultura. Esto significa, según Rehn, que "no hay ningún tipo de congelación o hibernación", sino "una ralentización" de las negociaciones porque "el tren está sobre los raíles y sigue adelante".

INTERES COMUN Además, pese al castigo que planea, el comisario insistió en que se está a tiempo de rectificar y "marcar un gol de oro", porque tanto a Turquía como al club comunitario les interesa fortalecer su relación.

Ahora serán los ministros de Exteriores de la UE quienes deberán tomar, el próximo 11 de diciembre, la decisión final.