Cuando un ciudadano europeo quiere viajar a Estados Unidos debe solicitar previamente una autorización de entrada a la administración norteamericana y pagar la consiguiente tasa de 14 dólares. La medida fue implantada en el año 2009 para reforzar la seguridad y controlar de antemano quien pretendía entrar en su territorio. Ahora laComisión Europea propone seguir el mismo camino e instaurar a partir del año 2020 un sistema europeo de autorización de viaje (bautizado como ETIAS en sus siglas en inglés) muy similar.

El objetivo es el mismo, tal y como ya avanzó el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, en septiembre durante el debate sobre el estado de Unión: saber quién quiere entrar en el espacio de libre circulación de Schengen antes de que lo haga, de forma de que las autoridades de inmigrantes y fuerzas de seguridad puedan realizar un control previo e identificar posibles peligros. “A los terroristas y criminales no les preocupan demasiado las fronteras nacionales. El ETIAS nos ayudará a detectar a individuos problemáticos y evitar su llegada reforzando la seguridad interna”, explica el comisario de seguridad, Julian King.

El sistema, coinciden sus colegas Frans Timmermans y Dimitris Avramopoulos, permitirá reforzar el control sobre los ciudadanos de terceros países que están exentos de solicitar visado para entrar en el espacio Schengen y cruzar información con las bases de datos ya existentes en la UE -desde el sistema de información Schengen, hasta la base de datos de visados, las de huellas dactilares o de Europol- aunque el principal problema en este terreno es que la mayoría siguen sin estar conectadas.

OBSTÁCULOS POR RESOLVER

“En la medida de lo posible y cuando sea técnicamente factible el ETIAS reutilizará el sistema de entrada y salida”, propone Bruselas sobre otra de las medidas lanzadas el año pasado para blindar las fronteras europeas pero que no ha visto la luz y sigue negociándose en la Eurocámara. Esta segunda propuesta aboga por crear un registro con fotos y huellas dactilares de todos los viajeros que lleguen a la UE aunque sigue sin estar claro si se aplicará solo a los extranjeros o también a los europeos.

El nuevo sistema estará gestionado por la agencia de fronteras europea, en cooperación con las autoridades nacionales y Europol. La autorización tendrá una validez de cinco años -frente a los dos años de Estados Unidos- y cada viajero de más de 18 años tendrá que pagar por ella 5 euros frente a los 13 euros que cuesta la de Estados Unidos. Entre los países cuyos nacionales estarán sujetos al registro previo están la mayoría de los países latinoamericanos comoVenezuela, Perú o Colombia así como Australia, Canadá,Estados Unidos, Andorra entre otros.

LISTADO DE DATOS

En la lista de datos que habrá que remitir a través del formulario electrónico, que según Bruselas no llevará más de 10 minutos rellenar, figuran el número de pasaporte, los datos de contacto así como la dirección del viajero. En la mayoría de los casos, el 95% según Bruselas, el permiso -que solo exige disponer de un documento de viaje- se concederá en cuestión de minutos. Si salta alguna alarma en relación a algún viajero el caso será remitido a la agencia o los Estados miembros que evaluarán el caso y decidirán en un plazo máximo de 72 horas. “En circunstancias muy excepcionales se podrán solicitar más datos a los solicitantes y se tomará una decisión en un periodo máximo de dos semanas”.

Si alguien llega a una frontera exterior sin una autorización previa se rechazará su entrada. Aunque el permiso es válido durante cinco años, las autoridades europeas podrán revocar la autorización en todo momento. Bruselas estima el coste del nuevo sistema en 212,1 millones de euros y un coste operativo anual de 85 millonesque se financiará con la tasa de 5 euros.