Algunos estados miembros han empezado a levantar las medidas de confinamiento impuestas para frenar la propagación del covid-19. Es el caso de Austria con la apertura del pequeño comercio, de Dinamarca que reabrirá guarderías y escuelas de primaria e incluso de Italia con la apertura de librerías. Para evitar la multiplicación de medidas unilaterales, que puedan poner en riesgo el control de la epidemia, la Comisión Europea presenta este miércoles una nueva hoja de ruta con recomendaciones a los gobiernos europeos en la que recomienda una salida coordinada, solidaria y gradual del aislamiento.

Bruselas sugiere tres criterios para determinar si ha llegado la hora de abrir la mano y empezar a relajar las restricciones para ganar tiempo y evitar el colapso de los sistemas sanitarios: si la propagación de la enfermedad se ha reducido durante un período de tiempo sostenido (por ejemplo, el número de hospitalizaciones); si los sistemas sanitarios tienen capacidad suficiente para atender a los enfermos a través del número de unidades de cuidados intensivos disponibles o la disponibilidad de personal y material médico; y si la capacidad de realizar test a la población y detectar nuevos casos ante una potencial nueva oleada es suficiente.

"La capacidad de detección de anticuerpos será necesaria para supervisar la proporción de población que ha superado con éxito el covid19 y que probablemente es inmune", señala el borrador que tiene previsto presentar este miércoles la presidenta Ursula von der Leyen y que han discutido este martes los Veintisiete. Aunque la Comisión reconoce que "es prerrogativa de los estados miembros" decidir cuándo tomar medidas restrictivas y determinar cuándo empezar a eliminarlas, considera que cualquier estrategia de salida debe seguir tres principios básicos: ciencia y datos fiables, coordinación y solidaridad.

"La falta de coordinación en el levantamiento de las medidas restrictivas podría tener efectos negativos en todos los estados miembros y probablemente derivar en fricciones políticas", señala el documento, que también apunta que no hay una única respuesta a la crisis pero que, "como mínimo", los estados miembros deben notificarse las medidas adoptadas entre sí a través de una red de puntos de contacto.

Recuperar la normalidad "llevará tiempo"

El Ejecutivo comunitario reconoce ser consciente de que todavía "llevará un tiempo" antes de que las medidas introducidas por los gobiernos europeos muestren plenamente su efecto, ya que el virus sigue circulando por el continente europeo y habrá que vivir con él hasta que se halle "una vacuna o un tratamiento", y avisa de que relajar las restricciones sin control ni vigilancia podría llevar a un aumento de los casos. En este sentido, recomienda a los gobiernos europeos adoptar un enfoque gradual y reemplazar las medidas generales por otras selectivas. Por ejemplo, aplicando restricciones durante más tiempo a los grupos vulnerables o manteniendo la cuarentena sobre las personas diagnosticadas con covid-19 o aquellas que muestren síntomas de la enfermedad.

El documento también recoge que los estados de emergencia decretados por la mitad de los gobiernos deberían ser reemplazados gradualmente por otras intervenciones concretas mientras que el levantamiento de medidas de confinamiento debería empezar por aquellas con un impacto local. En cuanto a los controles fronterizos, la Comisión apuesta por levantar estas restricciones en dos fases -en una segunda los controles en las fronteras exteriores- lo mismo que el reinicio de la actividad económica, porque "no toda la población debería volver al trabajo al mismo tiempo", que debería arrancar con los sectores esenciales pero manteniendo el distanciamiento social así como el teletrabajo en la medida de lo posible.