Nayib Bukele ha roto el bipartidismo en El Salvador al ganar con holgura las elecciones presidenciales celebradas este domingo en el país centroamericano. Este empresario de publicidad de 37 años del partido Gran Alianza Nacional (GANA), a quien le gusta definirse como un "antisistema", ha obtenido el 53% de los votos, muy por encima de sus principales adversarios, el candidato del izquierdista Frente Farabundo Martí de Liberación Nacional (FSLN), Hugo Martínez, partido actualmente en el poder, y del aspirante de la derechista Alianza Republicana Nacionalista (ARENA), Carlos Calleja.

Los aspirantes de ARENA y del FMLN han reconocido el triunfo de Bukele en sendas conferencias de prensa, mientras que el vicepresidente del país, Óscar Ortiz, ha felicitado al ganador y ha dicho que "estamos listos para una exitosa transición". Bukele centró su campaña en señalar desde las redes sociales los casos de corrupción vinculados al FMLN, exguerrilla, y Arena para atraer a los votantes desilusionados de ambas formaciones. Diferentes analistas señalan que la candidatura del aspirante de GANA se vio fortalecida por el hartazgo contra los dos partidos tradicionales.

Bukele, con una acentuada ambición política, militó en el FMLN, bajo cuyas siglas alcanzó la alcaldía de Nuevo Cuscatlán (2012-2015), primero, y posteriormente de San Salvador (2015-2018), la capital, hasta que fue expulsado del partido en el 2017. Entonces se alió 'in extremis' y a última hora para optar a la presidencia a GANA, un partido que nació en el 2010 de una escisión de ARENA. Entre los fundadores de GANA están el expresidente Elías Saca (2004-2009), encarcelado por corrupción, y el ahora diputado y segundo vicepresidente de la Asamblea Legislativa, Guillermo Gallegos.

El partido de Bukele se ha caracterizado por respaldar el endurecimiento de la seguridad carcelaria, apoyar la pena de muerte y el paramilitarismo para combatir a las pandillas de delincuentes, y por oponerse a la despenalización del aborto.

Gobernar con independencia

Sin embargo, el exalcalde de la capital, nacido en San Salvador el 24 de julio de 1981, señaló en repetidas ocasiones, antes de alzarse con el triunfo, que si llegaba a la presidencia gobernaría con independencia de GANA y que la dirección de esa formación no intervendrá en sus decisiones, algo que no comparte Gallegos. El nuevo presidente tiene por delante grandes retos, como solventar la penuria económica y pacificar el país, envuelto en la violencia de las pandilla, lo que ha provocado un exódo de población que ha buscado refugio lejos de sus fronteras.

El ganador de los comicios presidenciales está a la espera de dos juicios en los tribunales por cargos de violencia machista y calumnia. El 10 de octubre de 2017, el Tribunal de Ética del FMLN decidió expulsar a Bukele por "proferir agresiones verbales" contra la síndica Xochilt Marchelli, por las que actualmente afronta un proceso judicial por violencia machista.

Bajo su bandera, Bukele se ha convertido en el primer mandatario en gobernar El Salvador con una formación diferente a ARENA, partido que dirigió el país durante 20 años (1989-2009), y el FMLN, en el poder desde el 2009. A esta elección presidencial, la sexta desde que finalizó la guerra civil (1980-1992), fueron convocados 5,2 millones de salvadoreños, de los que apenas 2,35 millones acudieron a las urnas, según el último dato difundido por el Comité Electoral.