Bulgaria y Rumanía se convirtieron ayer en miembros de la UE, con lo que se completa la histórica reunificación de las dos Europas divididas por las secuelas de la segunda guerra mundial. Los dos países aportan a la UE 30 millones de nuevos habitantes, casi 350.000 kilómetros cuadrados adicionales y un nuevo alfabeto, el cirílico.

Con esta sexta ampliación, la UE pasa a estar formada por 27 estados. Sin embargo, la deficiente preparación de ambos países y su extrema pobreza han forzado el establecimiento, por primera vez en la Unión, de unas cláusulas especiales para vigilar su andadura inicial, ante la falta de coraje político de las instituciones comunitarias para retrasar su adhesión.

Bulgaria y Rumanía incumplen el requisito de disponer de un sistema judicial y administrativo imparcial, independiente y eficaz, dotado de medios suficientes para luchar contra la corrupción y el crimen organizado, según la Comisión Europea.

Para controlar esas deficiencias, la UE ha establecido un mecanismo de verificación de los progresos de ambos países en esas materias. Bulgaria y Rumanía deberán presentar el 31 de marzo el primer informe sobre los progresos realizados en esas áreas. Posteriormente, la Comisión Europea presentará un informe cada seis meses.

Bulgaria debe, entre otras medidas, reformar su Constitución, adoptar y aplicar una nueva ley sobre el sistema judicial y un nuevo código judicial, ampliar la reforma de la administración de justicia, perseguir la corrupción y aplicar una estrategia efectiva para luchar contra el crimen organizado. Rumanía, por su parte, debe asegurar un procedimiento judicial más transparente y eficaz, reforzar las responsabilidades del Consejo Superior de la Magistratura, crear una agencia anticorrupción con plenos poderes y perseguir la corrupción de alto nivel y de la administración local.

RESTRICCIONES Ante las deficiencias sanitarias búlgaras, la Comisión Europea también ha prohibido a Bulgaria exportar al resto de países de la UE productos cárnicos y lácteos, a menos que procedan de la lista restringida de establecimientos que cumplen las normas de seguridad alimentaria europeas.

Bulgaria y Rumanía tampoco podrán vender en la UE productos de origen animal importados de otros países antes de su adhesión, ni utilizarlos como materia prima para alimentos a exportar a la UE. Asimismo, tienen prohibida la exportación de cerdos vivos y carne de cerdo por su situación endémica de peste porcina.

El arsenal de la UE para protegerse de eventuales descontroles de los dos nuevos socios incluye la posibilidad de establecer de inmediato cláusulas de salvaguardia durante tres años de carácter económico general y específicas en materia de mercado interior. Los trabajadores rumanos y búlgaros tampoco dispondrán durante un periodo de siete años de la libertad de circulación dentro de la UE.

Ambos países tienen el nivel de renta per cápita más bajo de la UE, que se sitúa en el 35% de la media europea en el caso de Rumanía y en el 32% en el caso de Bulgaria. El nivel de renta de ambos países es, por tanto, tres veces más bajo que el español.