El buque de asalto anfibio Castilla zarpará el sábado de la base naval de Rota, en Cádiz, rumbo a Haití. Si no hay contratiempos en la travesía, dentro de 10 días atracará en la devastada isla caribeña, donde los 450 militares que irán a bordo, entre ellos 50 profesionales sanitarios, tendrán la misión de auxiliar a las víctimas del seísmo y colaborar en las tareas de reconstrucción.

Junto a los médicos, embarcarán en el Castilla una unidad de Zapadores, para tareas de ingeniería y reconstrucción, y otra de Infantería de Marina, que se encargará exclusivamente de la seguridad del contingente español, tanto en el buque como en tierra. También subirá al barco un destacamento que hará funcionar las dos plantas potabilizadoras de agua que transportará el Castilla , y una Unidad Aérea Embarcada que operará los tres helicópteros que se embarcarán en el buque.

El Castilla tiene una UCI de ocho camas, dos quirófanos, una sala de rayos X, un laboratorio, un gabinete de odontología, una sala de infecciosos y farmacia. Además de poner en funcionamiento este centro médico sobre el mar, los militares instalarán en las afueras de Puerto Príncipe un hospital de campaña, Role 1 es su definición militar, con capacidad para 80 camas. Todo un despliegue humanitario que la ministra de Defensa, Carme Chacón, anunció ayer en Zaragoza, donde confirmó el compromiso de España, que se está "volcando con Haití", aseguró.

Con 160 metros de eslora y 11 niveles, no es la primera vez que el Castilla presta sus servicios en Haití. En el 2004, cuando el paso del huracán Jeanne dejó más de 1.000 muertos y 300.000 damnificados, este gran buque hospital ya prestó servicios médicos a la población de la isla.

Construido en España y fletado en el 2000, el Castilla participó en la operación Romeo Sierra, con la que se desalojó a las tropas marroquís de la isla de Perejil, en julio del 2002. También colaboró en las labores de limpieza de la costa gallega, tras la catástrofe del Prestige , en el 2003. Tras el anuncio de Chacón, los portavoces de los grupos parlamentarios de la comisión de Defensa mostraron su apoyo a la nueva misión internacional del Ejército, aunque aseguraron que se enteraron por los medios de comunicación, y solo el diputado de IU, Gaspar Llamazares, recalcó la necesidad de que las labores de los militares en Haití sean exclusivamente de cooperación humanitaria y no de seguridad. Los diputados manifestaron la necesidad de que Chacón explique en el Congreso los nuevos cometidos del Ejército.

De momento, la nueva misión militar española en Haití tendrá un carácter exclusivamente humanitario, aunque la necesidad de personal para garantizar el orden y la seguridad es creciente. Al secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, le faltaron seis horas en Puerto Príncipe para nada más regresar a Nueva York solicitar otros 3.500 cascos azules --1.500 policías y 2.000 militares-- para Haití.

ENVIO TEMPORAL Tras escucharle, los miembros del Consejo de Seguridad concedieron el nuevo envío por unanimidad. Estos militares y policías se unirán de forma temporal, de momento solo seis meses, a la misión de paz de la ONU que en el momento del seísmo contaba con 7.031 militares y 2.034 policías, a los que se sumaban 488 civiles, 1.212 locales y 214 voluntarios. La ONU ha perdido en el terremoto a 57 miembros de su personal, 37 militares, siete policías, 8 civiles internacionales y 5 locales. Los más destacados: Hedi Annibi, jefe de la misión; su segundo, Luiz Carlos da Costa; el comisario de policía; y la subinspectora de policía española, Rosa Crespo, que trabaja como escolta de un responsable de la organización, también fallecido.