El presidente de EEUU, George Bush, tuvo que ceder este fin de semana a las presiones combinadas de la oposición demócrata, de su partido --el republicano-- y de David Kay, exjefe de inspectores de armas en Irak, y aceptar la apertura de una investigación independiente sobre los datos de la Agencia Central de Inteligencia (CIA), "casi en su totalidad equivocados", según Kay. Bush, se apoyó en esos datos, sobre las armas iraquís, para justificar la guerra. M. H.