Presionado por la creciente pérdida de apoyo popular, el presidente de EEUU, George Bush, dio ayer el primer paso para remozar su equipo, como le exige desde hace meses su partido, el republicano. El mandatario anunció que su jefe de Gabinete, Andrew Card, será reemplazado tras cinco años y medio en el cargo por Joshua Bolten, actual jefe de la Oficina de Presupuestos.

"Card me ha servido a mí y ha servido a nuestro país en tiempos históricos, en un día terrible, cuando EEUU fue atacado en referencia al 11-S, durante la recesión y la recuperación económica, en medio de tempestades de poder destructivo sin precedentes, en la guerra y en la paz", glosó Bush al despedir a su leal y veterano colaborador, cuya dimisión aceptó el pasado fin de semana. Tras años de ejercer discretamente su cargo, --uno de los más influyentes del Gabinete porque controla la agenda presidencial--, Card abandonará su puesto el 14 de abril, día en que será sustituido por otro veterano que, como él, procede del equipo de George Bush padre.

"Bolten es un hombre de gran experiencia", dijo Bush. "Es muy directo, sincero y tiene sentido del humor, lleva cómodamente sus responsabilidades y sabe dirigir", agregó. "Voy a suceder a Andy, no a reemplazarlo, porque es irremplazable", replicó Bolten, que tiene 51 años y es uno de los principales impulsores del recorte de impuestos.

ESCEPTICISMO Sin embargo, la elección de Bolten no serenará a los republicanos, porque no representa la inyección de sangre nueva que los miembros del partido reclamaron para parar la caída en las encuestas de Bush, cuyo respaldo popular oscila entre el 34% y el 37%. Los sondeos advierten, además, de que un 70% de los estadounidenses piensan que el país va mal, y los republicanos temen que este malestar tenga consecuencias en las legislativas de noviembre. Los demócratas acogieron el relevo con escepticismo.