El escepticismo ante cualquier iniciativa de paz es moneda corriente en el conflicto de Oriente Próximo. La cumbre que hoy empieza en Annápolis (EEUU) probablemente ha batido récords de pesimismo. Ayer George Bush recibió en la Casa Blanca al primer ministro israelí, Ehud Olmert, y al presidente de la Autoridad Nacional Palestina (ANP), Mahmud Abbás, dando inicio a una conferencia en la que participan más de 40 países, incluido Siria. Bush se mostró "optimista".

"Esta vez será diferente", dijo Olmert, basándose en el apoyo internacional al proceso negociador del que Annápolis debe ser el inicio y que tendría que acabar con la proclamación de un Estado palestino antes de que Bush deje la Casa Blanca, en enero del 2009. Abbás dijo tener "grandes esperanzas".

No estarán ni Hamás (que domina Gaza y ganó las elecciones legislativas del 2006) ni Teherán. Por ello, los países árabes tienen interés en el éxito del plan de paz.