La primera visita de George Bush al golfo Pérsico tras la guerra de Irak ha durado apenas unas horas y ha consistido en hacer acto de presencia en la zona del país liberado . El presidente norteamericano ni siquiera llegó a pisar territorio iraquí, sino que, después de visitar a las tropas en la base militar de As Saliya, en Doha (Qatar), y agradecerles su "esfuerzo" durante la guerra y la posguerra, se subió al Air Force One --el avión presidencial-- y, camino ya de Washington, sobrevoló Irak a 10.000 metros de altitud.

Acosado por las críticas, sin embargo, el jefe de la Casa Blanca aprovechó su discurso a los soldados para reafirmar en público su convencimiento de que las supuestas armas de destrucción masiva que estaban en poder del régimen de Sadam, y que fueron esgrimidas como el gran argumento para desatar la guerra, serán halladas.

LA OPINION DE UN EXPERTO

"Estamos buscando, y la verdad será revelada", añadió. Su opinión choca con la expresada ayer por el jefe de los inspectores de desarme de la ONU, Hans Blix, que, de visita en Lisboa, dijo que las tropas de EEUU no han encontrado armas de destrucción masiva porque lo más probable es que, al comenzar la guerra, Sadam ya no tuviera armas ilegales.

"Que yo sepa, las autoridades iraquís actualmente detenidas no han revelado aún la existencia de estas armas", manifestó, en una entrevista con un semanario portugués. "Todavía pueden encontrar algo --concedió--, pero creo que, mientras más tiempo pasa, menos posibilidades hay de que ese armamento exista".

La polémica en torno a la autenticidad de los argumentos empleados por la coalición para desencadenar el conflicto aumenta cada día. El diario norteamericano The Washington Post entrevistó a varios espías de la CIA que, bajo anonimato, dijeron que el vicepresidente Dick Cheney visitó varias veces la sede de la agencia antes de la guerra, creando un "clima" que los analistas especializados en Irak interpretaron como "presiones" para que sus informes se ajustaran a los objetivos de Bush.

El líder estadounidense hizo mención en Doha de lo más parecido a las armas de destrucción masiva que sus tropas han hallado: dos laboratorios móviles de armas químicas. Bush, además, se entrevistó con el virrey de Irak, Paul Bremer, y con el general Tommy Franks.