El presidente de Estados Unidos, George Bush, reiteró ayer con total firmeza que su país "jamás saldrá corriendo" de Irak, a pesar del baño de sangre sufrido el domingo, cuando 16 soldados estadounidenses resultaron muertos y 20 heridos al ser derribado un helicóptero por la resistencia iraquí.

Bush recalcó que "el enemigo" está "dispuesto a matar a civiles inocentes, funcionarios de ayuda y tropas de la coalición" porque cree que así forzará la salida estadounidense. Ante un grupo de hombres de negocios en Birmingham (Alabama), el presidente hizo hincapié en la necesidad de continuar en ese país, donde sus tropas llevan a cabo una misión que calificó de "vital" y añadió que Estados Unidos"no se rendirá hasta acabar con el peligro para América y la civilización".

RECUERDO DEL 11-S

"Un Irak libre y pacífico es vital para la seguridad nacional de EEUU", subrayó Bush. "Derrotaremos allí a los terroristas para no tener que hacerlo en las calles de nuestro país", añadió, recordando de nuevo la tragedia del 11-S para reforzar su afirmación.

El presidente trataba así de encajar la cascada de muertes en Irak, donde 254 soldados estadounidenses han caído bajo el fuego enemigo desde la invasión del país, el pasado 20 de marzo. De ellos, 140 han perecido desde el 1 de mayo, cuando fue declarado el fin de las operaciones militares de envergadura. Los sondeos muestran la profunda y creciente preocupación de los estadounidenses por el lodazal en que se han empantanado sus tropas en Irak, con lo que son ya mayoría quienes no respaldan la política de Bush para ese país.

También en el Congreso se detecta un nerviosismo creciente, y han comenzado a alzarse voces de prestigiosos senadores, como el demócrata Joseph Biden y el republicano Richard Lugar, que piden que se envíen más tropas a Irak, para reforzar a las 130.000 ya destacadas en ese país. Además también recomendaron a la Administración de Bush que pida ayuda a los aliados europeos.

"Necesitamos a nuestros principales aliados de la OTAN en Irak y pronto", declaró el domingo Lugar, presidente del comité de Asuntos Exteriores del Senado. Pero estos aliados ya se opusieron al despliegue de fuerzas y tampoco Bush está dispuesto a enviar más tropas, sobre todo a un año de las elecciones presidenciales.

Poco después de que Bush hablase, seis fuertes explosiones sacudieron Bagdad. Luego, tres obuses de mortero impactaron en el centro. En la ciudad santa de Kerbala, otra explosión causó tres muertos y 12 heridos.