El presidente de EEUU, George Bush, y su aliado británico, el primer ministro Tony Blair, hicieron ayer frente común en Washington al anunciar un plan para afrontar la crisis en Oriente Próximo y propiciar "un cambio significativo en la región", según indicó Bush. El proyecto no contempla el alto el fuego inmediato entre Israel e Hizbulá que reclaman los países europeos y árabes, sino la organización de una fuerza internacional de estabilización y su rápido despliegue en el sur del Líbano. Con este fin, la secretaria de Estado estadounidense, Condoleezza Rice, regresará hoy a Oriente Próximo, dijo el presidente.

Tras entrevistarse en el Despacho Oval, los dos aliados respaldaron la celebración de consultas en el Consejo de Seguridad de la ONU a partir del lunes. El objetivo, según Bush, es sacar adelante una resolución que "establezca el marco necesario para el cese de las hostilidades de forma urgente y apruebe el mandato de la fuerza multinacional". El secretario general de la ONU, Kofi Annan, invitó a los países que estén dispuestos a aportar tropas a participar en las negociaciones que empezarán el lunes en la sede de la ONU, y que se presentan difíciles: los puntos de vista sobre cómo acabar con la violencia son muy distintos.

EL PLAN FRANCES Francia, que preside este mes el Consejo de Seguridad, ya ha hecho circular su proyecto de resolución, en el que pide el "cese inmediato de la violencia", pero Bush y Blair se oponen. París quiere que el documento --que propone, además, un intercambio de prisioneros y el despliegue de una fuerza internacional en el sur del Líbano-- se vote la próxima semana.

Desde París, el presidente francés, Jacques Chirac, abogó por que se adopte una resolución que marque "el compromiso de la comunidad internacional" en favor de un alto el fuego "inmediato", informa Montse Capdevila. Chirac reiteró que la solución solo puede ser "política", y debe incluir el despliegue de "una fuerza internacional bajo el mandato de la ONU".

"Estamos de acuerdo en que se debe despachar rápidamente una fuerza multinacional al Líbano para respaldar al Ejército libanés a medida que este avance hacia el sur del país", dijo Bush, quien considera que esta fuerza "ayudará a acelerar la distribución de la ayuda humanitaria". El presidente explicó que la secretaria de Estado tiene "instrucciones de trabajar con Israel y el Líbano para acordar una resolución aceptable del Consejo de Seguridad que podamos presentar la semana que viene".

Tanto Bush como Blair hicieron hincapié en que la solución de la crisis pasa por el cumplimiento de la resolución 1559 del órgano ejecutivo de la ONU, que hace ya dos años reclamó el desarme de las milicias de Hizbulá y la ocupación del sur del Líbano por parte del Ejército libanés. Además, el mandatario estadounidense volvió a arremeter contra Damasco y Teherán. "Los patrocinadores de Hizbulá, Siria e Irán, están dispuestos a matar y a emplear la violencia para detener el avance de la paz y la democracia, pero no lo van a conseguir", manifestó.

PETICION DE TREGUA Ambos dirigentes subrayaron su decisión de aprovechar la "oportunidad" que presenta la actual crisis "para poner en marcha una dirección estratégica distinta para toda la región", en palabras de Blair. "Nada funcionará a menos que, además de poner fin a esta crisis, pongamos en marcha las medidas necesarias para impedir que vuelva a suceder", recalcó el premier británico.

El coordinador de Asuntos Humanitarios de la ONU, Jan Egeland, hizo ayer un llamamiento a una tregua de 72 horas para evacuar heridos.