El presidente de EEUU, George Bush, cuestionó ayer la existencia de una sociedad democrática en Rusia al llegar a la cumbre del G-8, que se inaugura este fin de semana en San Petersburgo bajo presidencia rusa. Bush dudó de la doctrina de una "democracia soberana y dirigida", defendida por los ideólogos del Kremlin como alternativa a democracias occidentales.

Nada más llegar a San Petersburgo, Bush depositó una ofrenda floral en el monumento a los caídos en la segunda guerra mundial y se dirigió directamente a la reunión con los representantes de 16 oenegés rusas. Durante el encuentro, Bush desacreditó la teoría de una "democracia soberana", defendida por el Kremlin, que ha insistido en que el modelo democrático "impuesto desde fuera" no funcionará en Rusia.

"Dijo que una democracia soberana o particular es un invento y añadió que hay valores democráticos fundamentales cuya presencia demuestra si existe o no la democracia en un país concreto", explicó después Irina Yasina, directora de Rusia Abierta, financiada por el adversario político del Kremlin Mijail Jodorkovski, encarcelado por delitos económicos.

LOGRO HISTORICO Presidir este año el G-8 es un logro histórico para el presidente ruso, Vladimir Putin, quien se reunirá desde hoy con Bush, Tony Blair (Gran Bretaña), Junichiro Koizumi (Japón), Jacques Chirac (Francia), Angela Merkel (Alemania), Romano Prodi (Italia) y Stephen Harper (Canadá) en el Palacio Konstantinovski. Los presidentes de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, y de México, Vicente Fox, han sido invitados a la cumbre, junto a los líderes de otros grandes países emergentes como China, India y Suráfrica.

Los primeros comentarios de Bush han demostrado que sigue en cuestión si Rusia debe presidir el club de las mayores democracias mundiales. Putin firmó en enero una nueva ley de las oenegés que impone un férreo control sobre su financiación. La decisión de Bush de inaugurar su visita con la reunión con los representantes de las oenegés parece aún más desafiante.

Además de cuestionar el modelo democrático defendido por su homólogo ruso, Bush hizo otro gesto provocador durante su reunión con las oenegés al comprometerse a hablar con Putin sobre el caso Yukos . Jodorkovski, expresidente de la mayor petrolera Yukos, fue condenado en el 2005 a 9 años de cárcel por fraude, y su empresa pasó a ser controlada por el Kremlin.

El Kremlin se ha opuesto a incluir en la agenda de la cumbre temas relacionados con derechos humanos y libertades democráticas en Rusia. En cambio, la seguridad energética figura como principal tema, ya que Rusia suministra el 25% del gas y el 18% del crudo consumido en Europa. Esta interdependencia energética genera conflictos entre Rusia y Occidente.