El presidente de EEUU, George Bush, señaló ayer a Hizbulá como el único responsable de la escalada bélica en el Líbano, mientras que otros representantes participantes en la cumbre del G-8 --que se celebra en San Petersburgo (Rusia)-- se mostraron críticos con "el uso desproporcionado" de la fuerza que está realizando el Ejército de Israel.

Bush respaldó totalmente la campaña militar desatada por Israel y responsabilizó en exclusiva a Hizbulá de la escalada de la violencia. Bush añadió que "la mejor manera de acabar con la violencia es que Hizbulá deponga las armas y cese sus ataques", e instó a Siria a "ejercer su influencia" sobre el grupo chií para que se someta.

"DESPROPORCIONADO" El presidente ruso, Vladimir Putin, aunque calificó de "absolutamente inaceptable" los secuestros y ataques de Hizbulá, insistió en que "el uso de la fuerza debe ser equilibrado". En la misma línea de argumentación, el presidente francés, Jacques Chirac, calificó de "desproporcionadas" las reacciones israelís, y señaló que la situación es "muy peligrosa". También opinó el primer ministro británico, Tony Blair, que reconoció que la crisis y sus implicaciones son "muy graves", por lo que la cumbre debe sentar las bases para rebajar la tensión en Oriente Próximo.