"Cuba será pronto libre. De nuevo, Cuba libre". Con estas frases pronunciadas en español, el presidente de EEUU, George Bush, anunció ayer medidas para intentar debilitar el régimen de Fidel Castro, aprovechando la conmemoración del inicio de la guerra de independencia de los cubanos contra los españoles en 1868.

Con esta vuelta de tuerca al embargo, Bush también intenta complacer a la comunidad cubana de Florida, el estado dirigido por su hermano Jeb.

El presidente quiere, con estas nuevas restricciones, responder a las últimas acciones represivas de Castro. Así, prometió aplicar de forma más estricta la prohibición de viajar a la isla que pesa sobre los norteamericanos. Washington también facilitará las peticiones de los cubanos que quieren abandonar legalmente su país. Y una comisión especial analizará cómo alentar un cambio democrático en la isla.