En sus ocho años de mandato, el presidente de EEUU, George Bush, ha ofrecido 46 ruedas de prensa a los corresponsales en la Casa Blanca. Ayer sumó una más, la última. Y, forzado a hacer balance, mostró dificultad para identificar posibles errores propios. De hecho, apuntó a ciertos problemas "de retórica". Pero solo asumió que "a veces las cosas no salieron según los planes".

Más que fallos, Bush prefirió hablar de "decepciones". Aseguró que le decepcionó, por ejemplo, no hallar armas de destrucción masiva en Irak antes de lanzar una invasión que aún no ha terminado. También Abú Graib, la cárcel iraquí donde las torturas a los presos fueron objeto de fotografías que dieron la vuelta al mundo. Pero, aún así, se mostró "firmemente en desacuerdo con la afirmación de que la reputación moral de EEUU ha sido dañada" durante su mandato. "La mayoría del mundo --dijo-- respeta a EEUU". No obstante, el tono del presidente saliente fue defensivo en varias ocasiones, como al referirse a su reacción ante el huracán Katrina . "Hice lo que pensé que era adecuado", afirmó. Mientras, su sucesor, Barack Obama tuvo su primera reunión de alto nivel con el presidente de México, Felipe Calderón.