El presidente de EEUU, George Bush, actuó ayer con inusitada celeridad y anunció la nominación de John Roberts para reemplazar al presidente del Tribunal Supremo, el ultraconservador William Rehnquist, fallecido el domingo. Roberts, juez de apelaciones conservador y discípulo del desaparecido Rehnquist, fue elegido en julio por Bush para sustituir a la juez moderada Sandra Day O´Connor, que decidió retirarse del Supremo en junio.

El presidente trató así de ahorrarse una cruenta batalla política con la oposición demócrata para la confirmación de su elegido cuando atraviesa uno de los momentos más bajos de su presidencia, ya que Roberts tiene buenas perspectivas de ser confirmado en el cargo. El escrutinio de su historial ha comenzado y, por ahora, sus oponentes en el Senado no han encontrado nada que permita bloquear su confirmación.

"El Senado está muy adelantado en la consideración de la cualificación del juez Roberts, conoce su historial y su fidelidad a la ley", subrayó ayer Bush al anunciar la decisión. "Confío en que podrán completar las audiencias y confirmarlo como presidente del tribunal en un mes", añadió, aludiendo al comienzo del nuevo curso del Supremo, el 3 de octubre. Las sesiones senatoriales para la confirmación comenzarán el lunes.

ADVERTENCIA Los demócratas advirtieron de que el poder que conlleva la presidencia del más alto tribunal de la nación requerirá un escrutinio aún más a fondo de Roberts. "Ahora hay más en juego y la responsabilidad del Senado es mayor", dijo el líder de la minoría demócrata en esta Cámara, Harry Reid.