No es nada personal, son solo negocios. El presidente de EEUU, George Bush, ha sido el autor de la mayor decepción que enturbió el inicio de la cumbre del G-8, inaugurada ayer en San Petersburgo bajo la presidencia de la Federación Rusa.

Tras una cena de amigos, celebrada el viernes, y varias horas de negociaciones oficiales el sábado Bush frustró la gran ambición de su homólogo ruso, Vladimir Putin, de conseguir en San Petersburgo el "sí, quiero" de EEUU para la entrada de Rusia en la Organización Mundial de Comercio (OMC).

NI UNA MIRADA Durante la fase inicial de la rueda de prensa conjunta, los dos líderes mundiales ni se miraron. Bush explicó la tensión al declarar que no habrá acuerdo sobre la OMC. "Somos duros negociadores porque deseamos que el acuerdo que se firme sea aceptado por el Congreso", declaró Bush, quien indicó que la oferta rusa ha sido insuficiente para tener una respuesta.

EEUU es el único país que aún falta por ratificar la entrada de Rusia a la OMC. Ambos países no se ponen de acuerdo sobre el derecho de los bancos extranjeros a instalar sucursales en territorio ruso, así como sobre temas de agricultura y de defensa de la propiedad intelectual.

Se trata de un duro revés para Putin, que esperaba obtener este éxito durante la reunión de las ocho mayores economías mundiales. Ante la rotunda negativa de Bush, Putin prefirió paliar el revés. "Seguiremos trabajando", declaró.

Los comentarios del ministro de Desarrollo Económico, German Gref, han sido mucho más pesimistas: "Sentimos una cierta decepción". Según Gref, se prevé que el protocolo de acuerdo se firme a finales de octubre, mientras que las negociaciones continuarán hasta marzo de 2007. "Estos plazos han sido marcados por los dos presidentes", afirmó.

DECLARACION CONJUNTA Para dorarle la píldora a Putin, Bush anunció la firma de una declaración conjunta para combatir el terrorismo nuclear internacional. Este proyecto plantea la creación de un sistema internacional de "centros de enriquecimiento de uranio, bajo el control de la Agencia Internacional de la Energía Atómica", según Putin. El pacto amplía la ya existente Iniciativa contra la Proliferación Nuclear , acuerdo multilateral liderado por EEUU. Los 12 países integrantes se comprometieron, entre otros, a mejorar el control de los materiales nucleares.