Marginada del encuentro, Cuba estuvo en el punto de mira de la cumbre americana, que 34 gobernantes cerraron ayer en Monterrey con la firma de la Declaración de Nuevo León. Sólo el venezolano Hugo Chávez defendió al régimen de Fidel Castro, mientras Bush llamaba a los mandatarios latinoamericanos a "trabajar por una transición rápida y pacífica" en la isla.

"La dictadura no tiene cabida en América y debemos trabajar por una transición rápida y pacífica en Cuba", dijo Bush. Justo después, Chávez elogió la ayuda aportada por Castro a su país en materia de sanidad y educación. "A Dios lo que es de Dios y al César lo que es del César", dijo.

Estas declaraciones fueron sólo un ejemplo del desencuentro registrado en la cumbre extraordinaria de las Américas entre EEUU y una Latinoamérica dispuesta a encontrar su propio camino.