El de ayer fue un atentado brutal, inestabilizador e intimidatorio, una muestra de que la posguerra de Irak, posterior a un conflicto bélico que Estados Unidos dio por finalizado el pasado 1 de mayo, es un peligroso camino cuyo destino es incierto.

Ayer se repetían las preguntas sobre el efecto que el ataque podrá tener en países que podían plantearse el envío de tropas y en las empresas que estudiaban posibles negocios. También se repetían las señales de consternación, especialmente en la confundida sede de Naciones Unidas en Nueva York. Sin embargo, el presidente de EEUU, George Bush, ratificó su inamovible decisión de mantener la presencia de sus tropas. "Nuestra voluntad no tiembla. Perseveraremos y triunfaremos", dijo, tras pedir el compromiso del pueblo iraquí y de "todas las naciones del mundo" para realizar esta misión.

LLAMADAS A BREMER Y ANNAN

Bush, que recibió la noticia a través de la asesora de Seguridad Nacional, Condoleezza Rice, instó a su embajador en Irak, Paul Bremer, a dar "toda la ayuda posible" a Naciones Unidas. También llamó a Kofi Annan, el secretario general de la ONU, y le reiteró su apoyo. Annan, que denunció el "acto de violencia asesina y sin motivo", interrumpió sus vacaciones en Europa y regresó a Nueva York.

Bush aseguró que "cada señal de progreso en Irak añade desesperación a los terroristas y a los restos del brutal régimen de Sadam Husein". La seguridad de sus palabras se repetía en la sede de la ONU en Nueva York, donde el Consejo de Seguridad, antes de ser azotado por la noticia de la muerte de Sergio Vieira de Mello, se reunió para redactar un comunicado en el que se comprometió a mantener su misión de paz. Sin embargo, horas después, la ONU decidió evacuar de Irak a los funcionarios no imprescindibles, y se reunirá de nuevo con el objeto de decidir si todo su personal abandonará el país.

En Brasil, el presidente Inácio Lula da Silva ha decretado tres días de luto por los fallecidos.

Pese a la firmeza de EEUU y de la ONU, el atentado ha abierto numerosos interrogantes sobre el futuro de misiones militares, políticas y humanitarias en Irak. Además, ha reforzado las preguntas sobre la falta de seguridad en el país.

Sólo un pequeño grupo de soldados protegían el Hotel Canal. Según fuentes de EEUU, la ONU no deseaba una intensa presencia de tropas para evitar ser identificada con la ocupación. En la ONU, sin embargo, recuerdan que Estados Unidos es responsable de la seguridad en Irak.