A estas alturas del año electoral, el presidente de EEUU, George Bush, debería estar blindado contra cualquier ataque a la impoluta imagen que le han construido sus asesores. Sin embargo, la vitriólica arremetida contra el presidente y su familia, que salió ayer en forma de libro y encabezó inmediatamente las listas de best-sellers por internet en Amazon.com, puso a la Casa Blanca en pie de guerra. "Son acusaciones tan falsas y de tan baja calaña que asquearían hasta a la prensa más sensacionalista", rechazó, con irritación, la mansión presidencial.

La Familia: la historia real de la dinastía Bush es obra de Kitty Kelley, conocida autora de biografías no autorizadas del país, y constituye un potente torpedo contra la línea de flotación del presidente cuando sólo faltan siete semanas para las elecciones, porque revela, entre otras cosas, su consumo de drogas.

Estupefacientes

"George Bush esnifó cocaína con uno de sus hermanos en Camp David cuando su padre era presidente de EEUU", sostiene la autora, citando a la excuñada del presidente, Sharon Bush, divorciada de su hermano Neil. "Y no lo hizo una vez, sino muchas", añade.

Kelley afirma también que la primera dama, Laura Bush, "era conocida durante sus días de universitaria como la persona a quien había que ir para conseguir bolsas de marihuana".

Los pecadillos del presidente de Estados Unidos son también de tipo sexual, si hay que creer a Kelley, que le acusa de haber tenido como amante a una prostituta de Tejas, "cuando ya estaba casado" y trabajaba en la industria petrolera. "Era la otra mujer de su vida, o una de ellas", afirma la biógrafa, citando a un asesor político tejano, Peck Young.

Como su padre

En eso, George habría salido a su padre, el también presidente George Bush, pues Kelley se hace eco de la relación extramarital con la secretaria Jennifer Fitzgerald que en 1992 achacó el New York Post al expresidente.

"La fecha de publicación de este libro se ha escogido por razones políticas", clamó ayer la Casa Blanca. La autora ni se molestó en responder, atrincherada tras la veracidad de las 988 personas y otras fuentes que dice haber consultado. "La razón por la cual este libro parece negativo es que durante años los ciudadanos han percibido una imagen pública de esta familia muy manipulada", se defendió Kelley, en declaraciones a la cadena de televisión NBC.

Aunque no es el único libro aparecido contra Bush este año --hay quien cifra en 24 las obras literarias que atacan al presidente--, lo cierto es que la imagen de hombre intransigente y dominado por la ultraderecha que emana de sus páginas sólo puede perjudicar su campaña por la reelección.