Estados Unidos ya tiene un zar del espionaje. El presidente, George Bush, anunció ayer el nombramiento del diplomático John Negroponte, hasta ahora embajador en Irak, como primer director de Inteligencia Nacional. Negroponte se encargará de supervisar y coordinar las 15 agencias de investigación --incluidas FBI y CIA-- y evitar que su falta de coordinación permita atentados como los del 11-S.

"El espionaje es nuestra primera línea de defensa", recalcó Bush al anunciar, por sorpresa, la designación de Negroponte, un halcón con una amplia experiencia. "Si vamos a detener a los terroristas antes de que ataquen, debemos asegurarnos de que nuestras agencias de espionaje trabajan como una empresa única y unificada", añadió. "Esta es la misión más difícil que he emprendido en más de 40 años de servicio público", comentó Negroponte, que tendrá incluso más autoridad que el director de la CIA, quien, según explicó Bush, "será su subordinado".

PRIMER ASESOR PRESIDENCIAL La creación de este cargo, que no tiene rango ministerial, fue recomendada por la Comisión del 11-S y ordenada por el Congreso el pasado diciembre, tras una fuerte disputa entre el Pentágono, la CIA y otras agencias sobre cuál sería su poder. Este, al final, será amplio. Negroponte no sólo controlará el presupuesto anual del espionaje --40.000 millones de dólares, 30.000 millones de euros--, sino que será el principal asesor del presidente en estos temas por encima del director de la CIA. La mano derecha de Negroponte será el general Michael Hayden, quien ahora se halla al frente de la Agencia Nacional de Seguridad del Pentágono.

Bush aprovechó el nombramiento de Negroponte para aumentar la presión sobre Siria, una constante desde el asesinato del exprimer ministro libanés, Rafic Hariri, el lunes. El mandatario reiteró que Damasco debe retirar los 14.000 soldados que tiene desplegados en el Líbano, cumpliendo la resolución de la ONU que lo ordena, pero no llegó a culpar a Siria por el atentado contra Hariri, en el cual Damasco niega haber participado.

El miércoles, Siria anunció la formación de un "frente común" con Irán ante la "amenaza" de EEUU, que tiene a ambos países en el punto de mira. Sin rebajar la presión sobre Teherán --"la puesta a punto de un arma nuclear es inaceptable"--, el presidente Bush dio ayer la impresión de que cualquier acción militar para acabar con las ambiciones nucleares iranís pasará por los trámites de la ONU.

TRABAJAR CON LOS ALIADOS "El tema iraní todavía no ha llegado al Consejo de Seguridad, así que, a mi juicio, tenemos más diplomacia por delante", dijo. "Irán es distinto de Irak. El objetivo es resolver este tema diplomáticamente, trabajar con los aliados. Lo estamos haciendo con Francia, Alemania y el Reino Unido".

Irán niega estar desarrollando armas nucleares pero Israel afirma que podrán fabricar una bomba atómica en seis meses. "Nosotros apoyaremos a Israel si amenazan su seguridad", advirtió ayer Bush.