A pesar del malestar que recorre Washington desde hace algún tiempo por la escasa ayuda que está prestando Arabia Saudí en Irak, la Casa Blanca pretende ahora que el Congreso apruebe la venta de 14.670 millones de euros en armamento pesado para el régimen de Riad y otros cinco países de la región. Se trata de un claro mensaje para Irán, argumenta el Gobierno, pero que ha puesto ya nervioso a Israel.

Según reveló ayer The New York Times, la Administración Bush tiene previsto presentar al Congreso el próximo otoño la propuesta, un paquete que ha ido aumentando hasta doblar su monto inicial y que incluye bombas guiadas por satélite, nuevas dotaciones navales y cazas de combate más modernos. Un alarde tecnológico que ha encendido las primeras señales de alarma en el Capitolio entre los más críticos con Arabia Saudí y los defensores de Israel, que prometen dar la batalla al Gobierno cuando vuelvan de vacaciones.

DINERO PARA TEL-AVIV Para ganar apoyos, la Casa Blanca aprovechó para anunciar que dará a Israel 22.300 millones de euros en ayuda militar durante la próxima década, una jugosa cifra que excede con creces (en un 43%) lo que este país ha recibido en los últimos 10 años (unos 14.700 millones de euros).

Asimismo, Bush volverá a jugar la carta de Irán que tan buenos resultados le ha dado en los últimos tiempos. Y es que sus ayudantes ya han empezado a vender la idea de que armar a los países del golfo Pérsico --además de Arabia Saudí, los destinatarios podrían ser Bahrain, Qatar, Kuwait, Omán y Emiratos Arabes Unidos-- es vital para mantener a raya a Teherán, cuyo poder e influencia en la región ha experimentado un aumento notable, sobre todo, por su empeño en seguir adelante con sus programas nucleares.

Washington quiere también asegurar a sus aliados que, independientemente de lo que pase en la guerra de Irak, EEUU sigue comprometido con la región.

NEGOCIO IMPORTANTE Los encargados de presentar el suculento negocio a Arabia Saudí serán la secretaria de Estado, Condoleezza Rice, y el secretario de Defensa, Robert Gates, durante un viaje conjunto programado para la próxima semana. Según el Times, ambos también presionarán a los saudís para que sean más útiles que hasta ahora en Irak y apoyen más decididamente al gobierno chiíta.

Otra condición para la venta es que acepten restricciones sobre el alcance, tamaño y ubicación que den a las bombas guiadas por satélite y que se comprometan a no almacenarlas en bases militares cercanas a Israel, que teme por su integridad, sobre todo, por si cayera en manos de algunos de sus enemigos.