El presidente de EEUU, George Bush, dio ayer muestras de impaciencia ante la falta de pruebas de que Irak posea armas de destrucción masiva, tras mes y medio de inspecciones de la ONU, y advirtió de que "se le está acabando el tiempo a Sadam". Bush se declaró "harto de los juegos y los engaños" de Bagdad y recalcó que su homólogo iraquí "debe desarmarse". El secretario general de la ONU, Kofi Annan, pidió que se conceda a los inspectores tiempo suficiente para llevar a cabo su trabajo antes de hablar de guerra.