La declaración firmada hoy por los presidentes de Rusia, Vladímir Putin, y Estados Unidos, George W. Bush, corrobora el fin de la Guerra Fría y recoge las principales divergencias entre Moscú y Washington, pero también su disposición a superarlas.

"Reafirmamos que la era de cuando Rusia y EEUU se veían mutuamente como enemigos o como amenaza estratégica ha terminado", señala en su preámbulo la Declaración sobre el Marco Estratégico adoptada por los jefes del Kremlin y la Casa Blanca en Sochi, balneario ruso a orillas del mar Negro. Rusia y EEUU manifestaron su propósito de "cooperar como socios para promover la seguridad y afrontar conjuntamente las amenazas a la paz".

"Donde tenemos diferencias trabajaremos para superarla en un espíritu de respeto mutuo", añade el documento, que reitera el compromiso de ambos países de respetar el derecho internacional, lo derechos humanos y las libertades políticas. En materia de desarme nuclear, las partes reiteraron su propósito de reducir al mínimo posible sus arsenales de armas estratégicas y de desarrollar una marco jurídico para continuar las reducciones una vez que expire el vigor el tratado START-1.

Las diferencias entre Moscú y Washington sobre los planes estadounidense de emplazar elementos de su escudo antimisiles en Europa del Este, recientemente respaldados por la OTAN, quedaron reflejadas en la Declaración. "La parte rusa declaró abiertamente que no está de acuerdo con la decisión de crear instalaciones del sistema de defensa antimisiles en Polonia y la República Checa", señala el texto. Al mismo tiempo, Rusia señaló que "aprecia las medidas que EEUU ha propuesto y declara que si éstas son consensuadas y puestas en práctica serán importante y útiles para mitigar las preocupaciones rusas".

La ampliación de la OTAN, a la que se opone el Kremlin, y la viabilidad del Tratado de Fuerza Armadas Convencionales en Europa (FACE), cuyo vigor fue suspendido por Moscú en diciembre pasado, son otros los ámbitos en que Rusia y Estados Unidos constaron diferencias y expresaron su deseo de trabajar para despejarlas. Moscú y Washington reiteraron su respaldo al Tratado de No Proliferación de Armas Nucleares y se comprometieron a emplear esfuerzos para robustecerlo.

Ambas partes manifestaron que continuarán los esfuerzos políticos y diplomáticos para hallar una "solución negociada" que garantice que el programa nuclear de Irán tenga fines exclusivamente pacíficos. Reafirmaron su pleno respaldo a las negociaciones a seis bandas para la desnuclearización de la península de Corea.

EEUU y Rusia confirmaron asimismo su compromiso de combatir el terrorismo global, en todas formas. "La combinación del terrorismo internacional y el peligro de la proliferación de las armas de destrucción masiva representan una profunda amenaza a la seguridad de Estados Unidos, Rusia y otros países", constata el documento.

En el ámbito de la cooperación económica, Moscú y Washington coinciden en que existe un "gran potencial para aumentar el comercio bilateral y las inversiones". Estados Unidos y Rusia, añade la declaración, están comprometidos en conseguir la incorporación de Rusia a la Organización Mundial de Comercio (OMC) "lo antes posible", objetivo que "puede ser logrado este año".

Las partes expresaron, por otra parte, su propósito de elaborar un nuevo tratado bilateral de inversiones, que fije un "marco estable y predecible", que fortalezca la confianza del inversor, con los consiguientes beneficios para los hombres de negocios de ambos países. Moscú y Washington acordaron también impulsar un "diálogo más estructurado" para garantizar la seguridad energética.