George Bush está cada vez más solo en Irak. Los estadounidenses se han cansado de la guerra, los demócratas piden el regreso de los militares y el principal aliado de Washington, el primer ministro británico Tony Blair, anunció ayer ante la Cámara de los Comunes la retirada de 1.600 de sus 7.100 soldados en los próximos meses, justo cuando Bush planea enviar otros 21.500 militares para frenar la violencia en Bagdad.

Ante la situación, la Casa Blanca dijo que la decisión de Blair es "consecuencia del progreso" en Irak. "La coalición permanece intacta. De hecho, los británicos aún tienen miles de soldados en Irak y están siguiendo el plan para transferir las responsabilidades de seguridad a los iraquís", subrayó la secretaria de Estado, Condoleezza Rice. "Los británicos han hecho progresos en el sur y por eso reducen su contingente", señaló el vicepresidente, Dick Cheney, en Tokio. Y añadió: "EEUU quiere completar su misión y volver a casa con honor". Desde el Pentágono, el portavoz Bryan Whitman dijo: "Los británicos seguirán siendo nuestros aliados".

El anuncio de Blair dio alas a los demócratas, partidarios de la retirada de Irak. "No importa cómo lo quiera vender la Casa Blanca. Lo cierto es que Blair ha decidido separarse de Bush y sacar a sus soldados". La portavoz de la presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, preguntó: "¿Por qué estamos enviando más soldados cuando los británicos planean irse?".

Dinamarca, también El Gobierno danés anunció también ayer la retirada de su batallón del sur de Irak, formado por unos 400 hombres, antes de agosto y el envío de un contingente menor. Blair anunció a los comunes la retirada parcial de los soldados británicos tras su videoconferencia con Bush. Los 7.100 militares británicos desplegados en Irak quedarán reducidos en los próximos meses a 5.500 y existe la posibilidad de que otros 500 puedan marcharse antes del verano.

El primer ministro explicó que la misión de algunos de los hombres que permanecerán en Basora hasta el 2008, será garantizar la seguridad de la frontera con Irán y ayudar en el entrenamiento de las fuerzas de seguridad iraquís. Aunque parcial, la retirada de los británicos es la mayor del Reino Unido desde que empezó la invasión de Irak.

Blair trató de descartar fricciones e insistió en que la situación en Basora, donde están los soldados británicos, es diferente a la de Bagdad. En el sur de Irak, las fuerzas británicas han traspasado ya la responsabilidad sobre la seguridad a las fuerzas locales de dos de las provincias bajo su control, Al Muthana y Dhi Qar. Y esperan devolver en los próximos meses la de Maysan y el resto de Basora durante el 2007.