Tres días de viajes a bastiones conservadores y discursos triunfalistas en defensa de la campaña militar en Irak no han servido de mucho al presidente de Estados Unidos, George Bush. Su índice de aprobación en las encuestas ha descendido al 40%, el punto más bajo de sus dos mandatos.

Y, aunque ayer llegaron a Crawford (Texas) grupos de manifestantes que apoyan su estrategia militar, allí siguen activos y visibles los pacifistas que han interrumpido la calma de sus cinco semanas de vacaciones. Mientras el país debate, el presidente ayer sólo se hizo presente a través del discurso radiado semanal, una intervención sin novedad.

RESPALDO REPUBLICANO La última encuesta en mostrar el descontento de los estadounidenses con Bush se hizo los mismos días de esta semana, en los que el presidente ofrecía optimistas discursos en Utah y Idaho. Es un mensaje que no cala en toda la población y el sondeo de Gallup muestra ese paupérrimo índice de aprobación del 40%. Lo que es más preocupante para Bush es el descenso, aunque ligero, del apoyo de los republicanos. Si este apoyo ha oscilado entre el 85% y el 87% en cinco encuestas anteriores, ahora se encuentra en el 82%.

Bush, mientras, dio la sensación en el discurso de ayer de que su aislamiento es algo más que geográfico. Impasible ante el descenso en los índices de apoyo, abrió la intervención con referencias a la retirada de Israel de Gaza y en lo dedicado a Irak sólo repitió mensajes. "Cuando las fuerzas iraquís puedan defender su libertad, nuestras tropas volverán a casa con el honor que han ganado", dijo el presidente. Luego reconoció que los "esfuerzos en Irak y Oriente Próximo requerirán más tiempo y más sacrificios". EEUU ha perdido ya a 1.800 militares en Irak.