El presidente de Estados Unidos, George Bush, y el canciller alemán, Gerhard Schröder, enterraron ayer el hacha de guerra en Nueva York y acordaron superar sus diferencias desatadas durante la guerra de Irak en pro de la seguridad y estabilidad de ese país. "Ambos estamos de acuerdo en que queremos mirar juntos al futuro", dijo el líder alemán, que fue uno de los críticos más duros de la política de Bush hacia Irak.

"Hemos tenido diferencias, pero se han terminado", dijo Bush, cuya entrevista con Schröder, la primera en 16 meses, fue más cálida que la celebrada el día anterior con el presidente francés, Jacques Chirac, con quien no consiguió ponerse de acuerdo sobre el "calendario realista" para la devolución de la soberanía a los iraquís. El presidente francés exige que el traspaso de poder se haga "lo antes posible".

ENTRENAMIENTO DE POLICIAS

Schröder ofreció a Bush entrenar a policías iraquís, como parte de la contribución alemana para hacer frente a la caótica situación creada por la guerra. "Queremos ayudar con los medios que tenemos, con entrenamiento de las fuerzas de seguridad y policía", explicó el canciller alemán. Sin embargo, no clarificó si además aportará fuerzas militares para el mantenimiento de la paz en Irak.

El canciller se mostró también optimista sobre el futuro de la resolución presentada por EEUU al Consejo de Seguridad de la ONU, para conseguir que otros países aporten tropas y ayuda económica para la reconstrucción de Irak. No obstante, matizó que no tiene prisa en cuanto a la aprobación del documento, sobre el que quedan cabos sueltos, como el plazo en que EEUU traspasará la soberanía a los iraquís. "Todavía hay posiciones diferentes pero, puesto que ambos lados quieren transferir el poder a los iraquís, el calendario se puede acordar".

Poco después de verse con Bush, Schröder mantuvo un encuentro con Chirac y con el presidente ruso, Vladimir Putin, para evaluar la resolución. Chirac aseguró que se proponían sopesar el documento "con espíritu positivo y constructivo", y también recalcó que el trío mantiene posturas muy similares. Pese a ello, Schröder exhibió un mayor acercamiento a Bush que el mostrado por Chirac. "No hay sombra de diferencias de puntos de vista entre las posiciones francesas y alemanas. Eso es claro e irrefutable", aseguró el presidente francés.