Afganistán es un país cuyos avances en democracia "inspiran a otros", dijo ayer el presidente de EEUU, George Bush, al visitar por sorpresa y por primera vez Kabul en el marco de su gira asiática. Pero no es éste el mejor momento que viven los afganos desde que las tropas estadounidenses expulsaron del poder a los talibanes, en noviembre del 2001, y pusieron en marcha el "proceso de democratización" del país. Los atentados suicidas se han multiplicado en los últimos meses, por no hablar del motín que cientos de reclusos desencadenaron el domingo en la prisión más grande de Kabul y que ayer terminó con al menos cinco presos muertos.

"Espero que los habitantes de Afganistán entiendan que a medida que avanza la democracia están inspirando a otros, y que esa inspiración hará que otros exijan su libertad, y que en la medida en que el mundo se haga más libre, se hará más pacífico", dijo el mandatario estadounidense en Kabul, donde se reunió con el presidente afgano, Hamid Karzai, y presidió una ceremonia simbólica de inauguración de la embajada estadounidense, abierta desde hace varios meses. Por seguridad, de la visita de Bush sólo se supo cuando su avión, el Air Force One , aterrizó en la base de Bagram. Su estancia duró solamente cuatro horas.

GRAN PROTECCION Unas extraordinarias medidas de seguridad rodearon la visita del presidente estadounidense a Afganistán, uno de los países en los que la ira contra Occidente por la publicación de las caricaturas de Mahoma ha tenido peores consecuencias: violentas protestas, al menos 11 muertos y enfrentamientos de la muchedumbre con las Fuerzas Internacionales de Asistencia para la Seguridad (ISAF) de la OTAN. Se trata del primer viaje de Bush a este país desde la guerra contra los talibanes y representa un gesto de apoyo a Karzai, un aliado fiel.

Ambos mandatarios ofrecieron una rueda de prensa frente al palacio presidencial en la que intercambiaron elogios y renovaron el compromiso mutuo. Interrogado sobre la búsqueda de Osama bin Laden --al que numerosos informes sitúan en algún lugar en la frontera entre Pakistán y Afganistán--, Bush dijo: "No se trata de si será capturado, sino de cuándo".

PROTESTAS EN LA INDIA El último acto de Bush antes de volar a Nueva Delhi, siguiente escala de su gira, fue visitar a los soldados estadounidenses destacados en Afganistán, unos 19.000 que, según los planes de la Casa Blanca, se reducirán a 16.000 el próximo verano en la medida en que sean relevados por las fuerzas de la OTAN. El mandatario aseguró que no retirará las tropas del país mientras continúe la violencia. "Este Gobierno no cerrará los ojos, no se rendirá", dijo Bush en Bagram ante unos 500 soldados. "EEUU no dejará todo y se irá".

El presidente aterrizó anoche en Nueva Delhi, donde hoy se reunirá con el primer ministro indio, Manmohan Singh. Aunque ambos lo niegan, el objetivo de la visita es firmar un acuerdo de cooperación nuclear civil con el que la Casa Blanca desea poner coto al programa atómico militar indio. Sin embargo, las delegaciones de ambos países no se pusieron de acuerdo, y los portavoces oficiales intentan desviar la atención hacia la agenda comercial, agrícola y tecnológica. "Este viaje es sobre la relación entre EEUU y la India", señaló la secretaria de Estado estadounidense, Condoleezza Rice. Rabiosas manifestaciones antiestadounidenses precedieron la llegada de Bush a este país.

La última escala será Pakistán, donde Bush pedirá a Islamabad que ponga fin al contencioso sobre Cachemira con la India.